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A LITTLE BIT OF THE PAST

  El día Lunes resultaba ser un día agotador sin siquiera haber comenzado: muchas personas pensaban en el inicio de la semana, en el inicio de la rutina otra vez y podían sentir su carga semanal en los hombros y las muchas actividades que tenían p...

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  El día Lunes resultaba ser un día agotador sin siquiera haber comenzado: muchas personas pensaban en el inicio de la semana, en el inicio de la rutina otra vez y podían sentir su carga semanal en los hombros y las muchas actividades que tenían por hacer. O al menos lo hacía el ser humano promedio.

  Harper, para bien o para mal, no pertenecía netamente a ese grupo de personas: para ella todos los días resultaban ser diferentes, sin saber ella qué podía esperarle ese nuevo despertar o una nueva mañana. Lo único rutinario que ella tenía, era ir de Lunes a Viernes a clases; lo demás era completamente novedoso y a la espera de lo que fuera que el destino tenía escrito para ella y para su tan descabellada vivencia.

  Tomar un buen desayuno para evitar el hambre y la fatiga durante la mañana y esas horas de clases sin poder consumir alimento alguno, esperar a la llegada de Anna, la enfermera que cuidaba a su madre mientras ella estaba en la escuela, quien solía llegar con muchos ánimos y le contagiaba una sonrisa a Harper a pesar de que su mañana pudiera no haber iniciado muy bien, terminar de preparar sus cosas para el día, y luego partir a clases. Una rápida rutina mañanera que se cumplía de Lunes a Viernes durante el período escolar, y que la adolescente agradecía fuese tan tranquila.

  Le gustaba mucho caminar hacia la escuela, sobretodo si el cielo se encontraba claro y amaneciendo en lugar del oscuro y sombrío cielo que se presentaba durante el invierno -algo que comenzaría a ocurrir pronto- ya que podía sentir contra sí misma los primeros rayos solares que proporcionaba el nuevo día, y muchas veces también era acompañada de los pájaros que chillaban y anunciaban un nuevo despertar. Y no se preocupaba por nada, ya que su barrio era muy tranquilo, y luego se topaba con todos esos adolescentes y adultos jóvenes que se dirigían a la zona escolar y universitaria, quienes entraban temprano a sus clases.

  Lo primero que hizo al ingresar a los pasillos de la escuela, fue limpiar el cristal de sus anteojos con ayuda de la sudadera de algodón que llevaba puesta para luego inspeccionar rápidamente el lugar y buscar señal alguna de su grupo de amigos. No obstante, a primera vista no parecía verse nada, razón por la cual simplemente siguió su camino con dirección a su casillero mientras que saludaba a algunas de las personas quienes le deseaban un buen día o cosas por el estilo. Si bien ella no se consideraba alguien "popular" o reconocida en su establecimiento, el toparse con caras conocidas todos los días o sus mismos compañeros y compañeras de clase le llevaba a cumplir algo tan humanamente básico como el saludar, lo cual usualmente ocurría tanto con gente de su salón o de química fundamental, como con algunos conocidos tanto de Emma y Norman como de Ray que solían verla junto a ellos.

  Al abrir la pequeña puerta de metal, un detestable chirrido invadió sus oídos como todas las mañanas, pues aquellos viejos casilleros requerían algo de aceite en las bisagras al estar estas completamente oxidadas, y aparentemente no tenían mantención alguna. Incluso habían algunos que se encontraban con las puertas abolladas, o sin ellas, y ella agradecía que su casillero se encontrara decente, y mucho mejor... funcional.

𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍 𝐊𝐍𝐎𝐖𝐒 || normanOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz