06 Marca

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Al salir de la ducha, Tul todavía seguía en la misma posición, lo que hizo que Max rodara los ojos.

Se cambió sin vergüenza, ya que parecía que el omega no tenía ganas de asomarse.

Aunque la realidad fue otra.

Tul apenas había asomado sus ojos tras las sábanas, viendo a Max de espaldas a él.

Y de nuevo, aunque esta vez un poco mejor, pudo ver la marca en el cuello de Max, confirmando lo que había creído ver el día anterior.

Rápidamente volvió a esconderse tras las sábanas.

Sintió un poco de pena por el chico, pero más que nada, se sintió algo confundido.

Max parecía otro alfa para él, bueno, no otro alfa, sino su alfa.

Podía sentir su olor, e incluso, por más que el otro no se diera cuenta, tenía actitudes de alfa con él.

Recordó la conversación que habían tenido la noche anterior, cuando él había regresado a su forma humana para confusión de Max.

Es ese momento Tul pensó que el chico sólo se estaba comportando como un idiota (cosa que no quitaba que él lo fuera realmente), pero ahora que confirmaba que a su alfa lo habían mordido entendía un poco más la actitud.

¿Debería preguntarle qué había pasado? ¿Cómo fue que la habían hecho? ¿Quién?

Aunque tenía más que claro que Max lo mandaría a la mierda.

Debía esperar un poco más.

— Eh— un ligero golpe en su espalda hizo que se moviera para asomar sus ojos sobre la sábana, para ver a Max—, la comida está lista. Cociné para los dos, no me hagas desperdiciarla.

Sin decir nada se fue hacia la cocina, y sin contestar, Tul lo siguió segundos después.

Se sentó enfrente de Max en la mesa, con su plato ya servido, tomó los palillos y antes de empezar a comer murmuró un "gracias" mirando al pelinegro.

Pero en cuanto los ojos felinos se encontraron con los suyos bajó la vista y llenó su boca con los fideos.

Pasaron unos minutos donde no dijeron nada, hasta que Max casi había terminado su plato, pero estaba lo bastante satisfecho como para comer más lento e intentar hablar con el omega.

— ¿Vas a contarme qué te estaba pasando cuando llegué?

Tul lo miró unos segundos, Max no apartó sus ojos de él.

— ¿Estabas sensible? — aventuró Max.

— Sí, supongo— dijo Tul, bajo.

"Este no sabe tratar a un omega" pensó.

Max sólo asintió, terminó lo que quedaba en su plato en dos bocados, juntó los palillos sobre el plato vacío y se levantó para dejarlo en el lavado.

—Debes tomar los supresores— dijo, volteándose para apoyarse sobre la barra de la cocina.

Vio al omega fruncir el ceño y mirarlo con enojo, aunque cambió su expresión rápidamente y continuó comiendo sus fideos.

—No te gusta que te den órdenes— dijo Max.

— No es de mis cosas favoritas— respondió.

Max asintió, Tul no dijo nada, terminó su plato y volvió a agradecer a Max por la comida.

Se sobresaltó un poco cuando sintió la mano del chico en su hombro, alzando la vista hacia el rostro de Max.

— No tienes que ser distante conmigo sólo porque estás sensible.

Delta [MaxTul]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora