CAPITULO 8

510 44 6
                                    

Mi cabeza no paraba de girar y girar. Creo que en cualquier momento me iba a salir humo. Demasiada información, demasiadas cosas que afrontar y que pensar.

Me hubiera esperado mil cosas. Que yo había hecho algo mal, que se había cansado. Ese palo hubiera dolido menos que este.

Pero lo que pasó? Eso? Eso duele más que una paliza. Eso me arde por dentro cada vez que recuerdo sus palabras.

Se quedó embarazada, lo perdió, se marchó a su casa, pasó por mil cosas. Sus padres se separaron. Y yo no pinto nada ahí? Para mi parecer si, y mucho.

Era su pareja, y hasta ese momento lo que yo tenía entendido es que estábamos mejor que nunca. Teníamos mil planes, yo ya era mayor de edad, me estaba sacando el carnet. No sé, íbamos a hacer mil cosas. Y de la noche a la mañana lo único que supe es que no volvía a ese campamento. Y lo último que me imaginaba es que fuese por todo esto.

Me siento roto, demasiado. Y busco maneras, mil maneras de entenderla. Y logro hacerlo. Entiendo que la situación pudiera con ella, que lo haya pasado mal, fatal. Pero ni una respuesta?

Son seis años los que han pasado. No unos meses. Y ahora vengo a saber el porqué. Hubiera preferido mil veces que me dejase porque ya no me quería. Pero esto no, jamas.

Las horas en el hospital me están dando mucho que pensar. Le doy vueltas a todo. Y aunque otra persona ni siquiera dejaría que le hable. Yo no soy así.

Yo llevo enamorado de ella desde que era un niño, y ahora con 24 años, lo sigo estando. Sigo quedándome embobado cada vez que la veo, cada vez que nos miramos. Sigo perdido en esos ojos azules, y aunque ahora duelan, se que son mi debilidad.

Que llegaré a esa casa, y no podré evitar mirarla y sonreír. Y aunque no deba, se que acabaré entendiéndola. Pero con dolor. Con mucho dolor.

Me ha pedido perdón, pero de que vale ese perdón y esas disculpas, si cuando pasó por todo eso me apartó?

Cuando quieres a alguien, luchas con todo, y contra todo. Y esa lucha, deberíamos haberla superado juntos. No ella sola. Yo superé mi lucha contra mi propia cabeza, viviendo con una desesperacion constante al no saber que ocurría. Y ahora que lo sé, que me lo ha contado, sé con certeza que hubiera estado cada segundo a su lado. Pero no me dejó.

Tenemos una conversación pendiente, que espero que sea tranquila, y seguramente bastante larga, o no. Le diré todo tal y como lo pienso. Y a estas alturas me da igual que sepa mis sentimientos actuales hacia a ella, que no son muy distintos a los de hace 6 años.

Me da igual quedar al descubierto, decirle que la he querido todo este tiempo, a pesar de que me dejase tirado, que me apartase de su vida como cuando apartas cualquier piedra para no tropezar. Pero es que yo todas esas piedras las hubiera apartado para que ella no tropezase, y se lo voy a decir. Aunque a estas alturas, ya de igual.
Aunque el tiempo ya no se pueda retroceder.
Aunque todo, quizá, esté perdido.

Las horas en el hospital pasan, son casi las 6 de la mañana. Sam se ha quedado conmigo. He decido no hablar más del tema, aunque ella haya querido, pero es mejor que no. Acabaré enfadado con ella, pero que más da, ella no pudo hacer otra cosa.

La doctora entra a la habitación y me dice que está todo bien. Que en las pruebas no hay nada raro, y que me puedo marchar a casa. Comienzo a vestirme, con un poco de ayuda por parte de mi hermana, estoy un poco flojo ahora.

-Por cierto Hugo, no te alteres mucho, puedes volver a sufrir una crisis de ansiedad, así que vacaciones tranquilas, entendido? -me dice la doctora antes de abandonar la habitación. Yo asiento con una sonrisa
-Ya sabes rubio, descansa y ya hablareis -me dice mi hermana mientras me ayuda a ponerme la camiseta
-No me voy a alterar cuando hablemos, antes ella lo ha soltado todo. Y ahora pensando solo he buscado salidas, y maneras de entender, aunque se me escapen cosas, pero en fin -respondo con tranquilidad
-Hugo, de verdad que lo siento, pero al igual que he estado con ella, he estado contigo, no quiero que te enfades -los ojos de mi hermana están llorosos
-Sam, no me he enfadado antes, cuando estaba desesperado por encontrarla y tú no me podías decir nada, no lo voy a hacer ahora , tranquila -le digo dándole un abrazo
-Te quiero rubio

Posdata; te quiero Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt