En algún lugar de alguna ciudad, en un hospital... Una mujer, está dando a luz a su primer bebé. La mujer empujaba y empujaba fuerte, con la ayuda del doctor y una enfermera para sacar a la criatura.
Horas después, cuando el peligro ya había pasado, la mujer se encontraba más tranquila, cansada pero tranquila, algo de mal humor por lo que había pasado. Ella recibe un cigarillo por su esposo, dándoselo y empezando a fumar, sin importar que acaba de pasar.
En eso, llega la enfermera, feliz, con el bebé en sus brazos para dárselo a la mujer. Sin embargo... el bebé lloraba muy pero muy fuerte. La madre se molesta, sintiendose estresada por escuchar el llanto de su bebé.
Madre: Callen a ese niño, alejenlo de mí!!!
La enfermera algo triste, se va con el bebé en sus brazos, tratando de calmar su fuerte llanto. La madre aún no se sentía para nada bien, aprovechó a dormir un poco. Mientras, su esposo, aprovechó a ir a ponerle un nombre a su hijo.
Crybaby
Pasaron los años. Un pequeño niño, se encontraba en su cuna, triste, ya que él nació con algo especial.
Él tiene un coraZón muy grande.
Ósea, yo. Mi nombre es Dick Grayson, pero soy más conocido como....
Crybaby.
Escuché sólo a mi corazón Me tomo enserio lo que pensaron Quiero explicar peri sin aviso Las lágrimas caen, no se detendrán
En mis días, no son para nada lindos. Lloro y lloro sin parar, incluso en silencio. Mi Madre, con una botella de alcohol, de mala gana viene a mi habitación para alimentarme.
Algo ocurre aquí dentro No sé puede detener ya Lo que siento no puedo controlar Mi corazón ya no puede Es muy grande para mí Lo que siento no puedo controlar
Ella empieza a quejarse de mí, estando ebria, mientras que yo, sólo estaba con la mirada baja y queriendo llorar nuevamente. Ella me molesta, cosa que sólo causa que quiera llorar de inmediato.
Me llaman bebé llorón Eso es lo que soy Bebé llorón, pero no me importa Al diablo se irán, nada importa ya
Normalmente, siempre me dejaban solo en mi habitación, solo, con mis juguetes y peluches, en la alfombra. Aunque habían veces en las que mi Madre, después de alimentarme, no me bajaba de la silla alta, sólo me pasaba unos bloques para que jugara y listo. Me quedaba ahí, sentado, con mis bloques, mis pequeños bloques.
No siempre fui muy bien atendido en la casa, ya que cada vez que me sentía asustado, nadie iba por mi auxilio, simplemente me dejaban ahí, llorando y llorando, gritandome que me callara y ya.
Miles y miles de lágrimas caían todo los días de mis ojos, y a nadie le importaba, solo me dejaban en mi habitación, abandonado, como si no fuera nada para ellos.
No soy nada para ellos.
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