Prologo.

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Yurian.

8 años antes..

Removí los champiñones en el sarten, hoy como todos los días, noches, tardes y siempre tenía que cocinar para mi misma si es que no quería morir de hambre.

Mi familia era complicada, mamá era una ebria, mi hermano Joshua quedo traumado desde aquella noche en que asesinaron a papá frente suyo, papá era un agente de Swat, Joshua quedo marcado después de eso, y por último estaba yo. La hija de 17 años que se hacia cargo de toda la casa mientras su madre andaba por ahí  durmiendo en algun bar cercano. Nosotros vivíamos en una bonita casa de Nueva Orleans cerca del barrio francés, y este sitio era realmente genial.

Fui empujada fuera de mis pensamientos por el sonido de algo rompiendose, apage la estufa rápidamente y corri hacía el ruido, la última vez que paso algo así mi madre había caido en la pequeña mesa de centro en la sala de estar, fue bastante feo.

Me quede congelada cuando llegue a la puerta de la sala.

-¿Que.. que haces?- tartamude.

Joshua tenía una botella de cervesa rota en el cuello de mamá.

El sonrio.

Mi sangre se helo.

-Divirtiendome.- paso la botella por el rostro de mi madre. -¿Quieres jugar conmigo?- mis ojos se abrieron y segundos después se empañaron por mis propias lagrimas no derramadas.

-Joshua..- trate de razonar con el.

-¡¿Quieres jugar?!- grito, haciendo que diera un paso atrás, mi cuerpo temblaba. -Sera divertido Yurian.-

Negué una y otra vez, mientras una lagrima caia por mi mejilla.

-¡¿Por que no?!- volvió a gritar, pero esta vez incluso antes de que mis ojos lo captarán enterro la punta de la botella en el hombro de mamá.

Grite.

Una y otra, y otra vez.

Mi espalda choco contra una pared de tanto que había retrocedido para alejarme de el.

El sonrió y dio un paso cerca de mi. Me era dificil respirar y estaba temblando demasiado. Entonces el callo de bruces al suelo soltando la botella rota.

-¡CORRE!- grito mi madre quien tenía bien agarrado el pie de Joshua. -¡CORRE!-

Corrí.

Sin mirar atrás, sin detenerme por nadie.

Escuche un grito pero aun así segui corriendo tanto como daban mis piernas.

Antes de que puedira llegar a la puerta fui empujada bruscamente al suelo, mi cabeza rebotando en el piso de madera.

Joshua se arrastraba sobre mi, intente patearlo pero lo esquivo con facilidad, lo golpee una y otra vez con mis puños pero no me solto. Aruñe su cara rosando su ojo, el grito mientras sangre corría de este, lo pateé en la entrepierna lo mas duro que pude. Entonces lo senti. Un dolor descarrador a un lado del abdomen, mire con horror el cristal grueso enterrado en mi cuerpo, la sangre corria salvajemente empapando mi short, arranque el cristal mientras chillaba de dolor, no lo pense dos veces antes de enterrarlo en una parte del cuerpo de mi hermano. El intento golpearme pero lo esquive, me puse de pie de un salto y corrí, ignorando el dolor en el abdomen, mire atrás para verlo correr a mi. Me tropese. Cai de cabeza cerca de la chimenea, senti unas manos jalar mi cabello largo y por instinto tome lo mas cercano a mi. Lo enterre profundamente en su estomago, mire a lo que tenía en las manos. Di un paso a tras, horrorisada conmigo misma. Joshua tenía uno de esos fierros para mover la leña de las chimeneas enterrado en el cuerpo.

-Perra.- rugio el, tratando de arrancar el fierro de su cuerpo.

No se lo que paso, corri a el enterrando el fierro en su carne hasta que choco con una pared, lo enterre mas fuerte, hasta que note algo.

Estaba clavado en la pared.

Intente correr a la puerta pero en una de esas devi caerme, por que ahora me encontraba mirando el techo. El dolor se había ido, y realmente todo lo demas, ya que no lograba sentir nada.

Las sirenas de alguna ambulancia fue lo último que alcanze a escuchar antes de consumirme en la oscuridad.

Starting Again. Where stories live. Discover now