Uno

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Siempre he odiado el sol. El calor del día que te hace sudar, el asfixiante sentimiento de la noche al dormir y el deseo impulsivo de querer irte a vivir a Alaska después de ejercitarte. Pero vivo en una ciudad costera, y lo único que vemos siempre, además del mar, es el sol. Y siempre puede hacerme irritar en los peores de los sentidos. No soy alguien enojona, apenas me molesto cuando tengo que ir a misa los domingos, pero el ardor de los rayos en mi piel puede conmigo.

Mientras camino en la acera, directo a la escuela, pienso en los días que falta para que llegue invierno. Aunque esa estación no cambia nada en el clima, si que están las vacaciones de navidad. Y con ellas puedo no levantarme a las 6 de la mañana y dirigirme a un salón lleno animales acaparadores del aire acondicionado.

En cinco meses llega el invierno. Hoy es 26 de agosto, primer día de clases. Último año escolar. Pocos meses más y me dirijo a la universidad de la ciudad mas cercana a mi pueblo para estudiar administración de empresas. Que divertido.

A los minutos llego a mi destino. La Preparatoria a la que fui condenada a pasar los mejores años de mi vida. Pista: no los he pasado. Sí, me he descubierto a mi misma y he encontrado cosas que no sabía que me gustaban, pero eso no quita que no haya pasado un buen instante memorable. Probablemente no serán los años que miraré atrás y extrañaré con dureza.

Atravieso los pasillos tomando con firmeza mi mochila rosa. Encuentro a grupos de chicos asustados que no recuerdo haber visto. Son los nuevos. Pobres, su tortura apenas empieza.

Cuando estoy frente a mi casillero meto mi mochila y saco lo que necesito para mi primera materia. Biología.

No necesito aprender sobre las plantitas a la primera hora.

—Buenos días, Jenny. A que tu mañana se mejoró al verme—escucho. Tomo el cuaderno, el libro y una lapicera y me giro hacia Diego, un morenazo de ojos cafés y actitud pícara. También es mi amigo. Y un pendejo que se cree la última coca del desierto. Pero un pendejo bueno.

—Se mejoró tanto que ahora mis ganas de matarme son mas—le respondo.

—No te hagas la difícil, yo sé que te encanto en el fondo.

—Muy en el fondo—empiezo a caminar hacia mi clase, esquivando a animales con desagrado. Diego me acompaña, con las mismas cosas que yo. Su primera clase también es biología.

—Hoy amaneciste mas amargada de lo normal, ¿por qué? —lo observo de reojo, nerviosa. Es verdad. Mi odio hacia el mundo es mayor hoy. ¿De quién será la culpa?

—Mis padres siguen insistentes con el tema de la carrera, y no sé como negarme—le confieso. Todas las vacaciones estuvieron de ese modo, recordándome que estudiaría algo que no me gusta. Y ahora con el calor y el inicio de clases, estoy a punto de explotar de lo irritada que estoy.

—Debes decírselo en el mejor momento, y si te echan de la casa, recuerda que es tu vida y no la suya. Y que yo siempre te recibiré en mi casa.

—Gracias, Diego—entramos al aula. Paredes blancas, mesas individuales rojas con sus sillas de madera, el pizarrón blanco, una ventana enorme que da al patio y pósteres pegados por todo el lugar. Suspiro y el hedor a sudor hace que quiera vomitar. Al no haber tanta gente podemos decidir en que sitio quedarnos. Diego y yo nos quedamos juntos.

—¿Jill estará en nuestra clase? —le pregunto. En nuestra escuela nos dividen por grupos. El A y el B (somos pocos estudiantes). Y los grupos hacen todo juntos, así hay mas orden.

—Sí, así que nos podremos copiar de ella en matemáticas—me río por el comentario y aparto el lugar a mi lado con mis cosas. Cuando vuelvo a una posición derecha Diego me analiza con curiosidad. Me volteo y frunzo el ceño.

—¿Qué pasó? —digo.

—No preguntaste por Alonzo—Alonzo. Alonzo. Alonzo. Un chico rubio, pálido y al cual no le gusta salir de su casa. Serio, amante de los videojuegos y mas amargado que yo. Ah, y también es mi novio. Somos pareja desde el año escolar pasado. Me lo pidió en la fiesta del último día de clases. Le dije que sí y llevamos en esta relación todo el verano. Lo malo es que él no sabe que soy lesbiana. 

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Considerenlo un "yo también quiero más de Joy y Jenny."

Sí, Jenny ya aceptó que es lesbiana. 

Sí, Jenny también tiene un novio. 

Que raro, ¿no?

J&JWhere stories live. Discover now