Capítulo 106

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Capítulo 106

Un beso con un poco de sabor a sangre... Claro que en ese instante no lo percibieron...

¡En lugares públicos el Dr. Ríos Bernal no acostumbraba a hacer cosas así! Bueno, una que otra vez...

Osado y decidido, y entre besos... La llevó hasta el último cubículo... Obviamente cerró la puerta con ambos dentro de ese reducido espacio...

V: ¿Qué estás haciendo...?

H: ¿No es evidente...? (Metiendo la mano dentro de la cinturilla de los leggings)

Hubiera deseado que esa noche llevara vestido, pero por el frío no pudo ser... Y la elección de Victoria fueron leggings negros...

V: aquí no...

H: aquí sí... (Besándola de una forma tan abrasadora e intensa que no nada más calló a su esposa, sino que también le hizo perder la capacidad de pensar)

La tenía arrinconada contra la pared lateral, empezó a tantearla atrevidamente, era indiscutible lo que buscaba de ella... Las piernas... Entre ellas...

¿Cómo es que lograba incitarla en sólo segundos?? Cuando unos dedos se colaron por la ropa interior, percibió que estaba ya húmeda por la excitación...

Tuvo que soltarla un momentito para bajarle la lycra, junto con todo... Igual que él hizo con su pantalón y el bóxer...

De cintura para abajo... La piel de ambos entró en contacto inmediato...

Aún así, él continuó acariciándola... Con los dedos en sus pliegues íntimos y con sus labios en los de ella...

Heriberto recibía los gemidos de placer de Victoria en su boca... Era una experiencia que sin ser conscientes los encendía más gracias a la adrenalina...

Le separó las piernas con una de las suyas entre ellas... ¿Cómo podía hacer tantas cosas al mismo tiempo??

Mientras Victoria se limitaba a disfrutar y agarrarse a los hombros de su marido, él ahora husmeaba en uno de sus senos... Sin necesidad de quitarle la blusa... Trazaba círculos con la lengua en un pezón... Torturándolo para luego metérselo a la boca y alimentarse ávidamente...

Dentro de la excitación del momento, escucharon unos pasos y voces... 2 mujeres habían entrado...

Oyeron 2 puertas de los cubículos cerrarse... Luego automáticamente los inodoros se vaciaron... Una conversación a la que ninguno prestó atención...

Se mantuvieron quietos hasta que todo volvió a quedarse en silencio...

Pero ni la pausa del encuentro logró apagar el fuego que los quemaba a ambos...

Una mano grande se cerró en la curva del trasero femenino... Acercándola a él y haciéndola sentir su dureza...

H: quieres que lo hagamos...

¿Era una pregunta?? ¿Cómo a ese punto se le ocurría "consultarle"?? No había ya manera de volver...

V: sí... (Como un gemido ahogado en los labios de Heriberto)

Él siguió rozándose contra ella... Toda su longitud contra los muslos de su mujer... Una promesa de lo que vendría...

Ahora los labios de Victoria se cerraron en la piel que la camisa de Heriberto no cubría... Entre el pecho y el hombro... En el justo momento en que la embistió... Él mismo se guió hasta que no vio, pero sintió internarse completamente en el pasadizo secreto e íntimo...

TRES PALABRASWhere stories live. Discover now