𝐈𝐋𝐋𝐔𝐒𝐈𝐎𝐍 [JJK] ˢᵃᵗᵒʳᵘ ᵍᵒʲᵒ

3

-¿Por qué te has dejado ganar? -fue lo primero que pregunté cuando cerré la puerta de mi habitación. Satoru estaba delante de la ventana observando el paisaje. Él se encogió de hombros.

-Yo no he hecho eso.

-Satoru, no mientas. 

Él suspiró. Dejó de observar el paisaje y me observó.

-¿Cómo sabes que estoy mintiendo? -sonreí.

-Te conozco desde que éramos críos. Por favor. Siempre desvías la mirada cuando...

-¿Y cómo sabes que estoy desviando la mirada? - bufé exasperada.

-¡Eres imposible!

-Ajá... Pero admite que en el fondo me amas. -me dijo el hombre acercándose. Acortando distancias. Inconscientemente, desvié la mirada. -Que no me has olvidado tras tantos años separados. -con dos dedos, me obligó a mirarlo. Satoru se quitó la venda permitiéndome ver aquellos hermosos ojos celestes de los cuales me había enamorado tiempo atrás.

-Mmm... -tuve que hacer un gran esfuerzo para no tragar saliva ni apartar la mirada. Tras unos segundos más en esa posición, él sonrió y se apartó. Suspiré levemente, algo aliviada. -Bueno, ¡estás a cargo del entrenamiento de los de primer año! -con eso, se fue de allí dejándome asombrada.

-¡¿Eh?! -reaccioné tarde. Cuando quise ir tras él, este ya había desaparecido. Bufé mentalmente. Negando con la cabeza y salí del lugar asegurándome de haber cerrado con llave. 

ϟ

-Veamos. Os acompañaré a la misión.

-¡Okey! -respondió Itadori mientras asentía y me sentaba en el asiento de copiloto.

-Ijichi, cuéntanos los detalles por favor.

-Por supuesto, Igarashi-san. Se trata de un útero maldito de grado especial.

-Perdón por la interrupción pero, ¿por qué nos mandan a nosotros tres si es de grado especial?

-Veréis chicos. Es por falta de personal. No hay tantos hechiceros como creéis. 

-Ya pero, Igarashi-sensei, ¿no podría solo ir usted? No es por ser irrespetuoso pero, nosotros solo molestamos. -me encogí de hombros ante las palabras de Megumi.  

-Los peces gordos son unos idiotas. -me giré para guiñarles un ojo y alenté a Ijichi para que siguiera. Deseaba tener la información completa antes de adentrarme en una misión.

-Vuestra misión es rescatar a todos los supervivientes. -tras eso, se quedó callado y siguió conduciendo. Fruncí el ceño y repasé la misión. Diez minutos después, insulté a los altos mandos. Ya había descubierto el por qué les habían asignado esa misión a los chicos. Querían matar a IItadori y Kugisaki junto a Fushiguro eran daños colaterales. Me giré levemente para observar los chicos y vi la cara habitual de Megumi, la pequeña sonrisa de Yuji y el ceño fruncido de Nobara. Inspiré y una pequeña sonrisa se formó en mis labios. Los peces gordos no se saldrían con al suya. Protegería a mis estudiantes costase lo que costase.