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— ¿Y entonces tú le dijiste eso?

— Sí.

— Oh... realmente eres muy tonto, ¿no?

    Derek miró a Isaac con el sentimiento de sentirse muy ofendido.

— Tendrás que perdonarme, Derek. Pero entre tú y yo, tú eres el mayor en todo, incluyendo en el nivel de estupidez. ¿Cómo se te ocurre decirle eso a Stiles?

— Tampoco te quedas atrás, ¿sabes? Eso de sugerir un viaje no fue una idea brillante.

    Isaac tuvo que admitir que Derek tenía razón.

— Sí, es cierto. Pero ten en cuenta que a mí no me gusta Stiles. Así que si lo ofendo o me gano un poco de su odio no me tiene por qué afectar tanto como te podría afectar a ti... por lo que... tú sigues llevando la delantera en lo que tontería respecta.

Derek se acostó sobre su espalda mientras miraba lo brillante de las estrellas esa linda noche.

*

    Después de la desastrosa charla con Stiles, Derek se fue caminando hacia su loft con la idea de que realmente no tenía derecho en ansiar una reciprocidad en sus sentimientos por parte de un muchacho al cual lastimó. El sol esa tarde fue muy duro con él al castigarlo con una cegadora y calurosa luz. Incluso al entrar al edificio podía sentir el olor cálido del sol sobre su ropa, y fue esa la peor parte, porque así sentía el olor de Stiles en cada oportunidad que tenía para contemplarlo. Lo percibía como la calidez del sol que alumbra los lugares inhóspitos y solitarios. Y ahora que Stiles lo había rechazado con más firmeza, sentía que su sol se había alejado de él, dejándolo solamente con la luz cegadora que quemaba y destruía todo a su paso.

    Cuando pudo entrar a la sala de su loft, se sentó a los pies del primer sofá que encontró y suspiro mientras dejaba descansar su cabeza en la suavidad de los cojines.

    Parecía ser una tarde larga porque no había nadie a la vista, y la reunión del inicio había culminado con la salida de Stiles.

    Derek se dejó llevar por ese pensamiento sombrío y lo aceptó con los brazos abiertos.

    Hasta que escuchó la risa de Isaac por lo bajo.

— ¿Mi tristeza ahora es motivo de risa para todos? —susurró Derek para sí mismo antes de que Isaac apareciera de la nada y terminara sentado al lado de él— ¿Cómo es que sigues aquí?

    Isaac se estiró para acomodarse en el sofá.

— No sé si lo recuerdas, pero ahora vivo aquí...

— Eso no significa que tengas que estar aquí todo el día. —Derek replicó.

— ¿Eso decía el contrato que no firmé? —Isaac preguntó burlón.

    Derek gruñó.

— Realmente no tengo humor para... nada.

    Isaac entonces se retrajo un poco. Parecía que la comodidad y valentía que había agarrado para charlar con Derek se había esfumado.

— ¿Por qué estás triste? —preguntó un poco precavido.

— No es asunto tuyo, ni de nadie —respondió tajante—. Solamente necesito privacidad.

    Isaac no retrocedió ante la esquiva de Derek. A pesar de entender que había puntos que no debía presionar, Derek estaba en ese momento donde lo que necesitaba era ventilar sus preocupaciones antes de que estas comenzaran a ahogarlo; así que, con un poco más de prudencia, trató de tomar el tema delicadamente.

¡Es tu turno! ||Sterek||Where stories live. Discover now