I. EL INICIO DE ESTE AMOR

157 10 7
                                    

Amarte nunca fue una opción, ni tampoco algo que hubiera querido que pasara

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Amarte nunca fue una opción, ni tampoco algo que hubiera querido que pasara. No sé, ¿cuándo surgieron estos jodidos sentimientos? los cuales hacen sentirme de esta estúpida forma. ¿Por qué yo?, ¿Por qué mierda me tuve que enamorar de ti?, ¿Por qué no fueron correspondidos mis sentimientos?, ahora sé que pude haber confundido las cosas por el más mínimo detalle que tuvieras conmigo; nunca nos hemos separado desde que tengo uso de razón; siempre hemos permanecido juntos y a pesar de eso nunca me había animado a hablarte.

Temía que, si lo hacía, me quedara en blanco, sin saber qué decir y lo único que haría era quedar en vergüenza frente a ti; eso pensaba hasta que sucedió aquella ocasión.

Aquella tarde, cuando te vi sentado en aquella banca completamente solo, sin pensarlo, me acerqué a ti, dejando de lado mis temores, mis nervios, porque justamente en ese momento lo único que quería era saber si te encontrabas bien. Recuerdo que una vez que estuve frente a ti, lo único que salió de mis labios fue un "¿Te encuentras bien?" Quizás fue la pregunta más tonta que puede haber hecho en ese momento, porque era obvio que no lo estabas, pero era lo único que puede decir.

Entonces notaste mi presencia; levantaste ligeramente tu mirada, haciendo que se encontrara con la mía. Tus ojos color café no brillaban como antes; tu rostro no mostraba alguna sonrisa tan característica de ti; era más que evidente que te sentías triste, ¿por qué? Realmente. No lo sabía; sin embargo, sentía que esa tristeza enorme que sentías en ese momento la compartía contigo de algún modo y no fueron tus ojitos cristalizados, tampoco las lágrimas que hacían un ligero recorrido por tus mejillas; no fue tu voz entrecortada al intentar hablar, las que delataron el cómo te sentías.

Aunque para muchos quizás era evidente lo triste que te sentías, para mí fue lo contrario. Ligeramente coloqué mis manos sobre tus mejillas y con la mayor delicadeza posible limpié tus lágrimas que recorrían tu rostro, y nuevamente tu mirada se encontró con la mía y lo único que pude hacer fue regalarte una leve sonrisa, la cuál pensé que era insignificante en ese momento, pero quizás para ti significó algo más, porque inmediatamente me abrazaste un abrazo que fue correspondido al instante.

Esa tarde fue mi primer acercamiento contigo. No recuerdo cuánto tiempo pasamos abrazados, sin embargo, creo que era algo que necesitabas en ese momento; necesitabas desahogarte. Fue en ese momento en el que tu rostro cambió; se veía más liberado de una carga que a mi parecer traías desde hace tanto tiempo y que por fin pudiste deshacerte de ella.

Quizás era muy acertado cuando dijo que a veces solo necesitamos un abrazo sin que nos pidan explicaciones, porque al menos así podemos liberar, aunque sea un poco esa carga que poco a poco nos consume.

-Veo que estás más tranquilo.

Mantengo mi mirada fija en ti, esperando cualquier clase de acción por tu parte; sin embargo, solo observo como asientes ante mis palabras. Siento un ligero alivio al tener esa confirmación; dudo por un momento si preguntarte acerca de lo que te ha ocurrido o esperar a que quieras hablarlo. Sin embargo, me dejo llevar por mi instinto; lo cual creo que no fue del todo mala idea.

-¿Quieres contarme lo que te ocurrió? - Me doy cuenta de que aquella pregunta sale de mis labios; observo que me miras por unos segundos y después apartas la mirada. En estos momentos me cuestiono; quizá debí de preguntar con más delicadeza o haber formulado mejor la pregunta para que no fuera tan directa, pero ya lo hecho está, así que ya no puedo cambiar ese suceso, así que solo se me ocurre añadir. - Sino quieres hablar de ello, lo entiendo. Pero si en algún momento quieres que alguien te escuche, estaré aquí para ti.

-Gracias.

-No tienes nada que agradecer.

Miro como una leve sonrisa se forma en su rostro.

-¿Puedo preguntarte algo?

-Claro.

-¿Por qué te acercaste a mí? ¿Por qué no solo me ignoraste como el resto?

Su pregunta me deja pensando un poco, no por el hecho de que puede haberlo ignorado y seguir con mis asuntos, como él lo comenta, sino por la forma en la que me lo ha preguntado.

-Tienes razón; puede haberlo hecho; sin embargo, no lo hice porque creo entender la carga de emociones que tenías.

Observo cómo su expresión cambia al echar mi respuesta; tal parece que no me explica del todo. Sin embargo, antes de que pueda añadir algo, él lo hace.

-¿Cómo puedes decir algo así?

-Porque yo también a veces cargo con tantas cosas, con tantas emociones, que llego a un punto que no sé qué hacer o cómo liberarme de ello, así que lo hice lo que me gustaría que hicieran por mí.

Nuevamente miro como su expresión cambia; esta vez noto que ha tomado un poco más de confianza con lo que he dicho.

-Si tienes tiempo, me gustaría hablar de lo que me pasó antes de que me te acercaras.

-Claro, como lo mencioné, estaré para escucharte siempre que lo necesites.

Aquella tarde nos la pasamos hablando acerca de lo que te había pasado; al parecer, la situación no era tan grabe; sin embargo, cargabas con tantas cosas tú solo, que al final el peso de esa carga había hecho efecto en ti.

La plática siguió con normalidad. No sabía a ciencia cierta cuanto tiempo estuvimos hablando, pero sabía que ese momento nos había hecho un poco cercanos. La plática fluyó por sí sola, que no sé en qué momento pasamos de hablar de temas serios a las risas y a las bromas.

-Muchas gracias por escucharme.

-No hay nada que agradecer.

-Me agrado hablar contigo; si no tienes inconveniente, me gustaría conocerte más y si estás de acuerdo, podemos empezar a ser amigos.

-Por supuesto.

Después de eso ambos reímos; ya era una manera algo peculiar para ser amigos; ese día siempre lo recuerdo porque fue el inicio de todo.

Fue el inicio de esteamor.

Fue el inicio de esteamor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
EL SILENCIO DE UN AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora