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Siomara Elizabeth Malfoy

Emily Nott se encontraba muy emocionada, pero entendía la reticencia de su hija para conversar. Hasta donde Emily sabía Hermione Granger era una de las personas más buenas y valientes que hubieran pisado el colegio. Eso había dicho Draco en una de sus conversaciones. Llega a ser estúpida siguiendo a Potter, había dicho después de que los mortífagos fueran capturados en el ministerio.

De hecho, Emily había notado que su sobrino estaba más preocupado de la joven sangre sucia, como había dicho en aquellos años, que de que su propio padre haya caído en Azkaban y posteriormente hubiese escapado.

-Tranquila madre- dijo Theo dándole una pequeña sonrisa- ella estará con nosotros, ya oíste a Stephen- la castaña de ojos azules asintió en dirección a su hijo.

-Escuchemos la siguiente presentación- dijo Emily tranquila tras soltar un largo suspiro- ya tendremos tiempo- Theo asintió.

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La encapuchada se quitó la capa, dejando ver a una muy guapa mujer de cabellos castaños oscuros y potentes ojos azules. Sonrió con suficiencia al ver la reacción de aquellos adolescentes. Al lado de Hermione, Stephen solo apretó la mandíbula, mientras, sin querer, apretó el agarre que tenía en su madre.

- ¿Sucede algo? - preguntó la adolescente Hermione viendo a su hijo, que solo negó con la cabeza.

-Hola a todos- su voz era amable- Mi nombre es Siomara Elizabeth- dijo tomando un poco de aire- Malfoy- la reacción fue inmediata. Narcisa Malfoy soltó un gritito de felicidad poco propia de ella, su hijo había salido salvo de la guerra, y era eso lo que le importaba a la rubia. Draco miró boca abierto a la joven mujer que decía llevar su apellido. Y Lucius, estaba alucinando. No había mujeres Malfoy en poco menos de 200 años. Todo en ella indicaba que no era una Malfoy: su cabello, sus ojos, su mirada, su estabilidad mágica era intachable, pensó el rubio mayor.

-Disculpa- Astoria Greengrass miraba a la muchacha- ¿eres mi hija? - Lucius miró a la pequeña Greengrass, esa niña era la prometida de su hijo. Pero según lo dicho por el nieto de Emily, los compromisos de los Greengrass habían sido disueltos.

-No- un toque de orgullo y seguridad propio de un Malfoy, hizo que el pecho de Draco y Lucius se inflara- jamás serías mi madre- agregó con una sonrisa torcida. Físicamente no parece una Malfoy, pero su actitud y postura, dicen que sí, pensó Draco, aun sin emitir palabra.

-Tu cabello.... Tus ojos- dijo Astoria. Claro, la menor de los Greengrass tenía el cabello castaño oscuro, aunque sus ojos eran verdes, los de su hermana Daphne eran azules. Genéticamente, una hija de ella podía parecerse a la joven de la tarima.

-Si en este país usáramos el apellido de nuestra madre- dijo la muchacha arrastrando las palabras, ahora sin gota de amabilidad- el mío sería Malfoy Weiss- terminó de decir.

-No conozco a nadie con ese apellido- pensó Draco en voz alta. La joven dirigió su mirada al rubio que estaba muy confundido.

-No, lo harás dentro de un par de años, en tu exilio en Alemania- dijo la muchacha- me están interrumpiendo igual que a Stephen- dijo irritada- haré esto versión breve- miró a Slytherin- Mi padre es Draco Malfoy y mi madre biológica es Adara Weiss- miró a su familia paterna nuevamente- al romperse el compromiso de mi padre con Astoria Greengrass el ministerio decide exiliarlo por cinco años. Ya habiendo perdido muchas cosas en la guerra, decide irse a Alemania a estudiar medimagia, allí conoce, según sus propias palabras a la chiquilla más irritante de la vida, mi madre. Una mujer rubia de ojos azules- terminó- Sé que se están preguntando, ¿entonces como eres castaña? - suspiró- no soy hija biológica de mi padre- Draco se encogió en su asiento, Cissy la miró interrogante y Luicus, medio gruñó- los Malfoy no han tenido mujeres en 200 años, fue la explicación que me dieron muchas veces- miró a los encapuchados- mi madre tuvo una relación con un hombre de origen español, que la engañó. Mi madre se había convertido en una de las más grandes amigas de mi papá en su exilio. Cuando mi madre fue a contarle al hombre que me engendró- dijo con desprecio en la voz- él se negó a hacerse responsable, es más tenia familia. La esposa de ese hombre maldijo con tanto ímpetu a mi madre, que solo le quedó un año de vida desde ese día. Ella decidió tenerme, a pesar de todo lo que para una sangre pura alemana conllevaba- las mujeres de Slytherin medio temblaron- así que mi papá tras escuchar toda la historia decidió ser mi padre- miró con una sonrisa al joven y apesadumbrado Draco Malfoy- un acto que él, en un principio, consideró egoísta, pues no creía que fuera a formar una familia, así que para ayudar a su gran amiga decidió casarse con ella, y registrarme como una Malfoy. Soy, ante todo la hija de Draco Malfoy- miró gélidamente a cada uno de los estudiantes de la mesa de Slytherin a ver si iban a replicar algo.