IV

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En una noche de insomnio

recostada en tu recuerdo,

te elogio, cuál tesoro.

Mi poesía caía en el abandono,

¡Ángel que me desaprisionó!

De alegría caen cristales de luna en

mis ojos

y me entrego,

soy esclava de tus delirios y antojos.

Duerme, que yo cuidaré de tus

sueños,

Pues me desvelaré en tus más

sublimes deseos.

Te quiero.

–K



Viviendo entre versos حيث تعيش القصص. اكتشف الآن