ᴛʜᴇᴏ ʜᴀᴢᴍᴇ ᴛᴜʏᴀ

4. Vínculos conflictivos

Por alguna razón, había mucho ruido fuera por la mañana. Intenté dar la vuelta a la manta, pero no fue suficiente para tapar el ruido. Judith, que no paraba de dar vueltas en la cama, acabó levantándose.

"Eww... ... . ¿Por qué estoy tan adolorida ...?... ... ."

Por alguna razón, mi cuerpo estaba un poco más pesado que de costumbre. Me sentía como el día siguiente después de hacer ejercicio, lo que nunca había hecho antes, y sentía que me dolía. Pero no había dicho que tuviera fiebre o falta de fuerza.

'¿Será porque ayer usé mucha magia?'

Entonces, se oyó un ruido procedente del exterior.

"¿Qué está pasando?"

Me levanté, me froté los ojos y me acerqué a la puerta. Judith, que abrió la puerta, se quedó helada.

"¿Has dormido bien, Judith?"

Fue Theo quien recibió a Judith nada más abrir la puerta. Y junto a él estaban Cayenne y Luhin, que mostraban signos de incomodidad.

'¿Theo...?'

Mientras Judith se quedaba sin palabras, Cayenne replicó en tono frío.

"Su Majestad está armando un gran alboroto. ¿Ha dormido bien?"

"Si los lords no me hubieran detenido, no habría habido ningún revuelo".

Cuando Theo habló como si estuviera arrepentido, Luhin, que estaba escuchando, refutó como si estuviera asombrado.

"¿Dónde está el hermano que no impide que un extraño entre en la habitación de su hermana dormida?"

"No entiendo por qué me lo impides cuando mi suegro me lo permite."

"No recuerdo haber dado permiso".

En cuanto Theo terminó de hablar, apareció Genovis, la parte implicada. En los ojos de Genovis mirando a Theo, no había nada nuevo que matar. Cayenne y Luhin, que escucharon las palabras de Genovis, eran demasiado jóvenes para vivir.

Entonces Judith agarró a Theo por el brazo y lo arrastró hasta la mesa. Theo fingió que no podía ganar y siguió a Judith mientras le arrastraba, y lo sentó en la mesa.

Sentado a la mesa, Theo preguntó primero por el bienestar de Judith.

"¿Has dormido bien? ¿Te sientes bien?"

Judith, que intentaba decirle que no viniera a la casa de repente, cerró la boca. ¿Cómo puedo decir palabras duras a este hombre que pone mis preocupaciones por delante en cuanto lo veo?

"Estoy bien".

"Es un alivio".

Sólo entonces una sonrisa se extendió por la boca de Theo. Casi me trago lo que iba a decir con su sonrisa, pero todavía tenía que decirlo una vez.

Judith lo planteó con cuidado.

"Su Majestad, no venga a recogerme a partir de ahora".

"¿Por qué? Estoy preocupado".

"Si estás preocupado, traeré más guardias".

"¿No es más eficiente para mí ir y venir que mover un montón de soldados? Mientras esté aquí, podré ver tu rostro durante más tiempo."

Has estado peleando con mis hermanos todo el tiempo... ... .

Judith se tragó un suspiro por dentro. Sabía que no se retiraría sin más. Se necesitaba una razón lógica. Judith, que llevaba un rato agonizando, ideó una razón adecuada.