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Caminaba pausadamente a casa, sentía que le iba a explotar la cabeza, y en el camino recordó todo lo que parecía haber ignorado. Como pensamientos intrusivos que le recordaban que llego a un mundo desconocido, siendo antes una persona completamente diferente.

Apretó con fuerza los dientes, cerró los puños con fuerza. ¿Acaso había olvidado todo? ¿Cómo pudo haberse comportado así? Como pudo permitirse jugar a la familia, siendo un niño de buen hogar, como pudo, como pudo permitirse ignorar todo lo que vivió, por todo lo que se esforzó.

 Que había hecho. ¿Acaso era hasta momentos después que decidía recordar? 

Llevo sus puños hacia su cabeza, y se dejo caer de rodillas en un callejón pequeño de por ahí.

Enserio pensó que podía... ¿Qué había pensado?

¿Había olvidado quien era?

Ella peleo por mucho, se merecía mas

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Ella peleo por mucho, se merecía mas.

—Llegue...—exclamo quitándose los zapatos antes de pasar a la entrada.

—¡Bienvenida niña!—un viejo apareció por el marco de la puerta, con un pelo negro con varias canas regadas, ojos rasgados marcados por varias líneas de expresión y una sonrisa calurosa marcando aun mas sus arrugas, una camisa de tiras y un pantalón marrón por la rodilla sosteniendo una lata de cerveza en una mano.

—Ya, ya, no hagas escandalo viejo, ya llegue—dijo con una pequeña sonrisa de lado.—¡Ah! Hoy fue un día pesado...

—Querrás decir días, estuviste mucho tiempo a fuera, no juegues con el corazón de un hombre mayor Me-chan.

—Como sea, hoy especialmente fue mas pesado que antes.—saco una caja de cigarros y un encendedor, tumbándose perezosamente en el mueble cerca.—¡Ah! Me duele el cuello y los pies... Como odio esto a veces.

—¡Ju! La asombrosa me-chan esta cansada, que sorpresa.—molesto a la chica conservando un rostro muy relajado.

—A veces pienso que estas en mi contra viejo.—dijo perezosamente con el cigarro en los labios.

Paso su vista por la pequeña mesita en frente del televisor, descuidadamente cruzo los pies por sobre la mesa, dio una calada a su cigarro, y sonrió con lo que para ella era un ambiente familiar.

—Te veo pensativa...

Dejo escapar un enorme grito de sorpresa.

—¡Maldito viejo! ¿¡Que te he dicho de pasearte asi y decir cosas de la nada, ah?! ¡Casi tengo un infarto!—dijo con el ceño fruncido.

El hombre en frente se le quedo viendo, imperdurable, con una mirada dura.

—Eh... ¿Qué pasa?—pregunto mas seriamente ella.

El hombre guardo unos segundos de silencio...

—Meiling...—musito seriamente.—...¿Quieres una soda?—pregunto como si nada, tranquilamente y con una sonrisa.

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⏰ Última actualización: Oct 10, 2022 ⏰

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Watashi no atarashī jinsei o hajimeruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora