1. Encuentro

920 111 16
                                    

pov: farfadox.

pov: farfadox

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

——————————

     Recuerdo todo perfectamente.

     Fue un viernes por la noche cuando te conocí, yo iba a lamentarme la vida entera en tequila y música y volver temprano a trabajar en la computadora de casa, pero te ví en la barra, llorando desesperado mientras todos los ojos en el antro estaban clavados en ti, preocupados invisiblemente porque no se atrevieron a acercarse para preguntarte qué te pasaba. Ya sea por miedo o vergüenza ajena.

     Yo por la misma razón no me acerqué, emanabas fuerza y mucha tristeza, y un hombre borracho de esa peculiaridad era difícil de contener.

     Me resultó difícil no mirarte de lejos, si estaba bailando o besuqueándome con otro hombre, yo estaba pensando en ti, esperando que te hubieras marchado a descansar o si al menos dejaste de llorar.

     Las horas pasaron y ya la mayoría con la cabeza inyectada de alcohol te olvidaron, menos yo, que ahora estaba a tu lado pidiendo un gin tonic para calmar la sed de tanto bailar. Intenté buscar tu rostro mientras el barman me atendía, eras un hombre alto, medio rubio y tu rostro me había sentado tan bonito.

     Mierda.

     No sé si fue el shot de tequila que había ingerido, pero me sentí muy acalorado en el momento, ¡no quiero que pienses que soy superficial por calentarme con tan solo verte! solo estaba borracho, y si eras muy guapo.

     Luego de unos minutos tomando mi bebida, me hablaste, estoy seguro que me habías preguntado por algo entre todo el ruido, el cigarro que ahora tenías en tus labios me dio una pista y negué con la cabeza, si llegaba a casa apestando a humo Antonio me recriminaría a más no poder, luego volviste a hablarme y te escuché claramente.

     "My lighter." Te miré extrañado, y en ese momento que apuntaste el objeto mencionado que yacía debajo de mi codo, sentí morirme de vergüenza.

     Me pareció escucharte reír muy bajito.

     La música se apagó ocasionando quejas en los ebrios, y el encargado avisa por problemas técnicos que estarían solucionados en unos minutos. Ví mi oportunidad para preguntarte.

     Tomas el mechero cuando viste que no tenía la intención de entregártelo, y en esa breve cercanía veo más claro los ojos tristes con los que llorabas iluminados por el neón violáceo de las luces, notándose más bonitos, aunque censurando el verde que me parecían aún más bellos.

     No soy de aquellos que entran y salen de una relación como deporte, experimento una conexión verídica rara vez y nunca me atrevería a conformarme con menos. Preferiría a esperar toda una vida en aislamiento para algo que realmente me cautiva, que apresurarme a algo superficial o ordinario solo para sentirme necesario.

     Por eso, me acerco a ti, cuando ya encendiste tu cigarro y el humo se va esparciendo a tu alrededor.

     "¿Por qué llorabas?"

     Pudiste decirme muchas cosas, mandarme a la mierda o sugerir que no me entrometiera en situaciones ajenas, pero eso nunca fue de la mano contigo según lo que me trasmitias. Tú eres precioso y amable, aún estando atormentado.

     Me dijiste que tu novio te dejó por un tema de drogas. No creí que un chico tan delicado como tú aspirara cocaína por montones, y acabara en la cárcel a causa de ello.

     Seis, no, siete meses por consumo y darte a madrazos con otra persona, y se suma una orden de alejamiento por parte de tu novio, porque le rompiste la cabeza tras lanzarle un jarrón una vez que te descubrió inhalando cristales.

     Te dije que yo también estuve encerrado por algo similar, aunque sin mencionar lo de las drogas porque no me preguntaste por más y continuamos charlando de cualquier otra cosa. Entre esas cosas, iba tu nombre, que lo recordaré para toda la vida.

     "Clay."

     A las horas de la madrugada, cuando ya todos se marchaban y Rich ya me había llamado unas cuantas veces, me contaste que no tenías a donde ir entre lágrimas, y yo, como un tonto engatusado, te permití quedarte en mi departamento.

     A las horas de la madrugada, cuando ya todos se marchaban y Rich ya me había llamado unas cuantas veces, me contaste que no tenías a donde ir entre lágrimas, y yo, como un tonto engatusado, te permití quedarte en mi departamento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

My lighter: mi mechero/encendedor.

cocainómano • farfadream.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora