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Lo odie, lo odie tanto, pero no me malinterpreten jamás lo culpe y miren que lo intente pero no servía de nada, más bien lo odie por haber sido el último en haber escuchado su corazón lo odie para no odiarme a mí, por que no estube dentro de la habitación sosteniendo su mano, siempre me pregunto si habrá tenido miedo, si se habrá sentido sola, pero fui cobarde, no tuve el valor de estar ahí, en el fondo sabía que se iría y no encontré la forma de enfrentarlo, por muchas noches me ha atormentado esto, pero ya no puedo cambiarlo.

Lo odie, lo odie tanto, pero no me malinterpreten jamás lo culpe y miren que lo intente pero no servía de nada, más bien lo odie por haber sido el último en haber escuchado su corazón lo odie para no odiarme a mí, por que no estube dentro de la ha...

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No sé cómo es posible recordar cada segundo de esos instantes, cada rostro que estuvo presente, cada palabra, todo, quisiera no recordar tantos detalles.

 Un día lo vi, en un lugar tan común como lo es un supermercado, lo reconocí de inmediato jamás voy a olvidarlo, hablaba con otra persona sobre su amada profesión, pediatría, alardeaba sobre su empatía, paciencia y amor con la que trataba a sus pequeños pacientes, en un punto me miro, me miro como mirarías alguien que nunca en tu vida has visto como si fuera invisible, pensé: claro, el ya no me recuerda y ya no recuerda a mi hija.




Si, se lo que están pensando no tendría por qué recordar, pero eso lo único que confirma es que mi hija solo es un número, una estadística, una más, no marco su vida, ni recuerda ese día como un antes y un después, no piensa en ella cada vez que ve otros ojos, otra sonrisa de una pequeña, la vida de él y de todos siguió y sigue aunque la mía parece avanzar y al mismo tiempo está anclada a ese día.

LA MUERTE SE SENTO A MI LADO... Y LLORO.Where stories live. Discover now