¡Hola!

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Disfruten de esta nueva...❣
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Demasiado hermoso estaba afuera para quedar atrapado en el interior del loft. Los chicos habían estado despiertos por casi una hora. Kate hizo el desayuno, lavó los platos y estaba barriendo un poco el desorden que los niños habían hecho, cuando su celular sonó.

Mirando la pantalla, una sonrisa involuntaria se dibujó en su rostro. Su salva pantallas era una foto que tomó de Castle y sus chicos dos días antes. Los niños querían hacer pizza y lo único que habían conseguido fue harina por todas partes incluido en las partes de su cuerpo que no creían tener. Ella no está 100% segura de quién se puso primero la harina en la cara, pero no pudo evitar tomar una foto de sus bobas sonrisas cuando Castle acercó a los muchachos más cerca de él. Tenía un niño a cada lado de la cara y suficiente harina para cinco hogazas de pan espolvoreadas sobre sus cabezas y rostros. Pasó el dedo pulgar por la parte inferior de la pantalla y luego se llevó el teléfono a la oreja.

-Oye.- Dijo en voz baja cuando su hijo mayor, James corrió, abrazando las piernas de su madre, casi tirándola. El hermano menor, Reece chirriaba en su auto de policía. Ambos hicieron todo lo posible para hacer "ruidos reales de coches de policía".

-¡Jaime espérame!- gritó Reece mientras rodeaba la barra hacia la cocina.

-Oye, he oído que tu mañana ya está funcionando a todo esplendor.-  Era su amiga Lanie.

Ella soltó una risa suave. -Sí, como de costumbre. Nunca dormimos. Tú lo sabes...-

-Bueno, la razón por la que llamé es que Paul tiene fiebre y nosotros...quiero decir, él, quiere salir. Ya llamé a Jenny, y vamos a llevar a los niños al parque en Hope Street. Ustedes deberían de venir con nosotros.-

Kate nunca imaginó que estaría aquí, en este momento de su vida. Ella era una agente del FBI retirada; casado con un autor robustamente guapo, madrastra de Alexis, madre de James de 5 años y Reece de 2 años. Ambos muchachos eran una copia perfecta de su padre en cuanto a lo físico, lo único que los diferenciaba era su carácter y sentido de humor, James era más como su madre y Reece una combinaciónde ambos. Y otra noticia agradable es que ella y Castle se enteraron la semana anterior que estaban esperando una niña.

Mientras se frotaba distraídamente su pequeño abdomen hinchado, Kate recordó cuando el técnico les mostró la imagen 4D de su bebé por nacer que se mostraba en la pantalla. Instintivamente se miraron el uno al otro y lloraron como si este milagro fuera su primer embarazo.

Alicia, la técnica se excusó de la habitación para darles algo de privacidad.

Castle le sonrió a su esposa, dejando que las lágrimas cayeran.

-Una niña...Finalmente vamos a tener a nuestra niña.- dijo su voz llena de tanto y orgullo que solo podía expresar en ese momento tan emotivo para ambos. Sabía que amaba y adoraba a Alexis, pero la idea de tener otra chica era estimulante.

Mirando la pantalla, ella quería recordar esto para siempre. Ella amaba a sus hijos, más de lo que nunca se imagino. Pero había algo diferente sobre tener una hija. El vínculo que tenía con su propia madre era especial, atesorado y extraordinario. Ella había desarrollado una profunda conexión con Alexis e incluso con Martha. La idea de que un sueño se convirtiera en realidad se hizo abrumador.

Cuando Castle se inclinó para besar una lágrima en el rabillo del ojo, sonrió.

-Te amo.- dijo ella. -Gracias.-

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