Capítulo 20

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Brendan

Entró en la habitación con mucha determinación, pero cuando vio a Axel retorciéndose de dolor en el suelo... bueno, la perdió toda.

—Mierda —soltó Brendan con una mueca de asco al ver su brazo doblado.

Axel dejó de lamentarse un momento para fulminarlo con la mirada.

—¡Yo debería ser quien dijera eso!

—Joder, tienes... eh... tienes... tienes el brazo... eh...

—¡ROTO! —espetó, furioso—. ¡Sí, me he dado cuenta!

Brendan dudó un momento antes de retroceder sobre sus pasos y acercarse corriendo a las escaleras. Los demás seguían tal y como los había dejado cuando agarró a Margo del codo. Ella dio un respingo, como si acabara de volver a la realidad.

—Axel necesita tu ayuda —le dijo Brendan con urgencia.

Hubo algo extraño en su expresión, como si la idea de ayudar a Axel no fuera lo que más le apetecía del mundo. Quizá no le hacía mucha gracia tener que ver un brazo roto.

Al final, ella cerró los ojos con fuerza, suspiró y volvió a abrirlos. Parecía más decidida.

—Voy a necesitar a alguien más que ayude —comentó.

—Tú. —Brendan señaló a Sawyer con el ceño fruncido—. Tú has hecho esto, tú lo arreglas.

—¿Este va a ser mi primer encargo como nueva incorporación? —protestó él—. ¿Hacerme enfermero?

Margo suspiró, como si estuviera harta de oírlos, y pasó por el lado de Brendan para entrar en la habitación. Axel se había sentado en el suelo, pero seguía sujetándose el brazo torcido con lágrimas en los ojos. Al verlos entrar, casi le dio un infarto.

—Será una broma —espetó viendo a Margo y Sawyer.

—Cállate, están aquí para ayudarte. —Brendan se giró hacia ella—. ¿Qué hacemos?

Margo no respondió. Miró a Axel con mala cara, se acercó y sin siquiera parpadear se agachó a su lado y le puso un dedo en el brazo roto. Axel dio tal respingo que casi quedó pegado al techo, pero ella no se movió, solo siguió mirando su brazo.

—No está roto —dijo al final—. Pero tiene el codo dislocado.

—¿Y eso qué quiere decir? —preguntó Axel con cierto nerviosismo—. ¿Cómo lo pongo bien?

Margo, de nuevo, no respondió. Se puso de pie y le lanzó una mirada significativa a Sawyer, que sonrió —como si estuviera encantado, de hecho— y se acercó a Axel para sujetarle el brazo bueno y que no pudiera moverse. Brendan, tras dudar un momento, hizo lo mismo.

¿Por qué había mirado a Sawyer y no a él? ¿Y por qué se habían entendido sin decir nada? ¡Él también lo habría entendido si se hubiera molestado en mirarlo!

Axel parecía nervioso mientras Margo rebuscaba en el armario de la habitación y ellos dos lo sujetaban, pero finalmente ella se dio la vuelta con lo que parecía un vestido de algodón blanco. Lo partió con los dientes apretados y se acercó con uno de los trozos de tela rodeándole la mano.

—¿Lo estáis sujetando bien? —preguntó distraídamente mientras daba vueltas a la tela para hacerle un nudo en los dos extremos.

—Perfectamente, capitana —murmuró Sawyer, dirigiéndole una miradita divertida a Axel.

—¿Tienes pensado hacer algo, maldita sea? —espetó este último.

Margo le dirigió una miradita de advertencia antes de terminar de hacer el nudo y empezar a rodearlos para quedarse a sus espaldas.

SempiternoWhere stories live. Discover now