La Elegida (Kriss)

Capítulo 7

América
-Tenemos que irnos

Fue lo primero que dije después de todo el horror

May me miro triste

-Tienes razon, aqui recuerdo a todos

Las calles estan desiertas,todos han ido a refugiarse y al palacio, no pueden hacer nada mas,solo algunos se han quedado, mi hermana me ha curado la herida, pero todavia duele. Me levanto

-Tenemos que irnos

Esta vez lo digo enserio, aquí no estamos seguras, si esto lo hicieron por estar en la selección no quiero imaginar lo que hicieron en el palacio Maxon puede estar muerto

Pero debo de pensar en mi hermana
...
Primero vamos con una señora que se quedo. Le pido que nos tiña el pelo de castaño, ella me ve extraño pero asiente, no quiero que lastimen a mi hermana lo único que puedo hacer es cambiar, despues compro lentes de contacto de color avellana, finalmente compro 2 boletos a Europa en un barco de carga, la verdad me costó conseguir los boletos pero después de hablar con el dueño y que acordaramos que dormiriamos en una sola cama y no tendriamos tantos servicios, acepto, tome todo el dinero que tenemos y vendi algunas cosas, hice las maletas de mi hermana y mias y fui a la fosa común que pusieron en el centro, nos alejamos llorando. Tomaremos el barco en la noche pero decidi irme en este momento, le dije a May que si le preguntaban su nombre dijera Maya y si preguntaban el mio era Sophie

-Porque no podemos ir al palacio

Recuerdo lo que vi y niego con la cabeza

-no vamos a estar seguras ahi, tenemos que irnos de Illea

May comienza a llorar

-Quiero a mama

Recuerdo cuando me dijeron que estaba muerta junto a kenna y mi hermano, se supone que nos estuvo buscando por todos lados hasta que fue con una vecina a preguntarle, ahi fue cuando se entero de los rebeldes y se escondio en su casa, nadie sobrevivió.

Por suerte todos piensan que estoy muerta al igual que May claro solo la señora que trajo a May y nos pinto el pelo lo sabe pero le pedí que no dijera nada, ella dijo que también se hiria con su hija que ya no estaria aquí para que le preguntaran.

Llegamos a dónde zarpará el barco y subimos, todos nos miran extraño, como si no encajaramos ahi, no me importa, en el momento en que informan que zarparán suelto un suspiro que estuve contuviendo todo el día.