❝dejar ir no significa dejar de sentir.❞
｡˚ ֶָ֢┊odette se vuelve a encontrar con aquella persona que provocó un sin fin de emociones a inicios de su juventud, y hará lo posible para que la estadía del músico en su vida no sea efímera.
✾ ; 𝒌𝒂𝒊𝒓𝒐...
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CAPÍTULO UNO: ¿DÓNDE ESTOY?
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london, 1984
el auto de roger estaba estacionado frente a un gran salón de eventos. taylor esperaba a su amigo desde hace media hora, pues freddie le pidió que pasara por él a las diez de la noche, pero tal parecía que el pelinegro había perdido la noción del tiempo.
—claro, te llamaré —el vocalista le dijo a una chica que salió del salón a su lado. mercury únicamente miró con cierto disgusto el papel que le habían dado y lo arrojó en la calle para después entrar al auto.
—estuve así —el rubio juntó su dedo índice y pulgar solamente con unos milímetros de distancia— de dejarte aquí a tu suerte.
—¿y después qué ibas a hacer? ¿llegarías a tu casa y dormirías mientras a mí me asesinaban camino a la mía?
—no seas exagerado, solo pudiste haber tomado un taxi.
—claro, como muchos vehículos pasan en esta zona de la ciudad —fue sarcástico.
—creo que esta parte ya no cuenta como ciudad —veía el oscuro bosque frente al salón—, solamente a ti se te ocurre asistir a una fiesta en medio de la nada.
—es un lugar exclusivo, querido —habló como si nada.
—exclusivo para que te asalten o algo peor —susurraba mientras encendía el auto; sin embargo, sus palabras no habían pasado desapercibidas por freddie.
—vamos cielo, no está tan mal —defendió.
roger viró los ojos, detestaba que su amigo defendiera lo indefendible en pláticas y que fuera tan necio. taylor comenzó a pisar lentamente el acelerador para avanzar de una vez por todas.
—¿hueles eso? —el menor de aquel dúo no iba a dejar la conversación atrás, no quería que mercury rondara por ahí una vez más en el futuro— es mierda. mierda de vaca.
—no veo ninguna vaca —se asomaba exageradamente por la ventanilla.
por otro lado, roger ya comenzaba a impacientarse respecto a la actitud del pelinegro. aumentó la velocidad y por fin decidió quedarse callado, a veces esa era la única opción para que freddie creyera que había ganado una discusión y no siguiera hablando.
