Introducción

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Hace muchos años, nuestra raza estuvo al borde de la extinsión, por lo que se creo un nuevo género de especies, una mezcla entro lo animal y lo humano, la aparición de alfas, omegas y betas.

En resumen los betas son aún como cualquier persona, en general se relacionan entre ellos, son heteros y tienen una vida "normal", mientras que los alfas están más privilegiados tanto física, mental e incluso por mucho tiempo socialmente, son poderosos, fuertes e increíblemente guapos, son seres potentes capaz de embarazar a cualquier mujer u omega con el que estén, y por último pero no menos importantes están los omegas, son delicados y altamente fértiles. Fertilidad que aumenta exponencialmente si se encuentran con su alfa, ¿Pero que tiene esto de interesante dirán?, Que tanto alfas y omegas, sin importa su sexo sean hombres o mujeres los primeros pueden cogerse a cualquiera, y mientras los segundos tanto hombres y mujeres pueden quedar embarazados.

Impresionante, ¿No es así?, Al principio los omegas eran básicamente solo máquinas de procreación, pero al pasar los años, además que con la creación de los inhibidores, ¿No se los mencioné?, Tanto omegas y alfas pasan algo parecido como un celo, mientras que el de los omegas es cada tres meses y lo vuelve un ser caliente buscando sexo, cosa que muchos aprovecharon para violar a muchos omegas bajo la doctrina de que fue por culpa de su celo, lo alfas pasan algo llamado rut que es como un celo pero solo pasa una o dos veces al año y en general solo queda satisfecho por completo con su omega, o eso dicen. También dicen que cuando el rut y el celo del omega coinciden es lo mejor del puto mundo, el encuentro sexual es intenso y tan profundo que la pareja no podrá tener sexo con otra persona, por lo que se dice que solo pasa entre alfas y omegas destinados....

- Pfff......

Se le escapó en son de burla por la estupidez que leía, tiro la revista a un lado y se estiró en la cama. Alfas, omegas destinados, mierdas, pensó aburrido. Esas cosas eran antes cuando en vez de evolucionar tuvieron un retroceso, gracias a Dios ahora, los omegas podían tener una vida común y corriente, vivir tranquilamente sin necesidad de buscar un alfa que lo mantenga.

- Amor ya me voy, no olvides tus inhibidores.

Le comento su esposa terminando de subirse el cierre de sus botas, ella era una bella omega de buena familia, se conocieron en la universidad cuando él trabajaba en la cafetería, se casaron y eran felices, incluso habían tenido un hijo el cual por cierto acababa de despedirse azotando la puerta como miles de veces le pidió que no haga, suspiro pesado por ello.

- No lo olvido linda - comento mientras se levantaba de la cama.

Se alegraba estar de vacaciones, odiaba trabajar cuando tenía sus celos, después de todo él también era un omega.

Observo su reflejo en el espejo, distaba mucho de la descripción de los omegas comunes, él era....¿Cómo decirlo? Rústico, tenía la melena larga pero en vez de darle una aspecto delicado, le daba un aspecto bastante rudo, era alto y su musculatura bien trabajada, nada delicado, y se alegraba de ello.

Cuando era joven también deseo encontrar su alfa destinado, pero su aspecto hacía que los alfas hombres no se sintieran atraídos a él y nunca encontró una alfa mujer, con el tiempo se hizo la idea de que esas cosas eran mierdas y cuentos de hadas, cuando conoció a su esposa fue muy feliz amaba a Bulma.

Se despidió de su peli azul con un movimiento de la mano mientras la veía irse, debía tomar algo y tragar sus inhibidores antes que nada, no era algo que le agradara demasiado, siendo omega como era y pareja de otra, se encontraba con un pequeño problema, él no se encontraba satisfecho en sus celos, su esposa no podía satisfacerlo por más que se esforzará, al pasar el tiempo dejaron de intentarlo. Comenzó a tomar inhibidores más potentes que casi hicieron desaparecer por completo su sintomatología del celo y la verdad solo se daba cuenta que lo tenía porque se ponía, ¿Cómo decirlo?, Más cachondo.

Estaba por entrar a su casa cuando vio llegar la correspondencia, saludo al cartero y tomo sus cartas, mientras las hojeaba se paró un momento al encontrar una de su hermano. Era una invitación a celebrar el veinte aniversario con su esposo, suspiro ligero, ay su hermanito. Cuando estaba en secundaria tenía un mejor amigo, un alfa algo bajo, pero alfa de la cabeza a los pies; guapo, hábil y con una sonrisa de lado encantadora, le gustaba debía admitirlo. Cuando estuvieron por entrar a la universidad se hicieron una promesa, si ninguno se conocía con su destinado se casarían, estupideces, se gustaban pero nunca se atrevieron a nada porque eran niños babosos que deseaban encontrar un destinado.

Por alguna razón que nunca pensó, su amigo de la secundaria y su hermano menor nunca se habían visto, algo un poco extraño ya que habían sido amigos toda la secundaria, pero no se lo replanteo mucho, su hermano iba a un internado para omegas dominantes, que tenían problemas para controlar sus feromonas. Las feromonas de su hermano eran tan potentes que incluso dejaban noqueado a su padre que es un alfa, cuando volvió a casa en su cumpleaños dieciocho, además de su graduación de la escuela y se vio con Vegeta, fue como magia, sus ojos se encontraron y no pudieron despegar las miradas, habían encontrado a su destinado, se casaron en cuanto su hermanito cumplió dieciocho.

Suspiro sonoro ante esos recuerdos, debía admitir que le dieron muchos celos, ver qué su hermano y el chico que le había gustado hasta ese momento se juntaban, pero al final la felicidad por su encuentro pudo más, ahora tenían dos hijos y eran felices, no podía desearles nada más.

Una vez más estaba por entrar a casa, cuando un aroma llegó a su nariz, suave y dulce aroma como tierra húmeda, jadeo sin darse cuenta, ¿De dónde venía?, Sacudió la cabeza tratando de resistirse, no, no, había algún alfa cerca con su rut, pero no recordaba haberse sentido así antes. Respira, respira, métete a la casa trato de ordenarse, ordenó a su cuerpo dar un paso más, pero no funcionó, cayó al piso temblando, mientras trataba de controlar su celo y la salida de sus feromonas, tenía vecinos alfas, podía pasarle algo, cuando se caía en los instintos.....no, no, vamos, párate, arrastrate de ser necesario, se ordenó de nuevo tratando de entrar.

Estaba por pararse cuando sintió el aroma a tierra mojada intensificarse tanto que lo abrumó, fue ahí cuando sintió un par de fuertes manos en sus caderas, no mierda no, rogó internamente, mientras su omega interno gritaba de felicidad, ¿Por qué ahora?, ¿Por qué a esta altura de su vida debía encontrarlo?

Sus feromonas se desataron sin ningún control, mientras el alfa detrás suyo gruñía complacido y desataba aún más el suyo.

- Al fin te encontré.

Le susurro con esa ronca voz suya antes de impregnarlo de sus feromonas, había encontrado a su destinado.

Tu alfaWhere stories live. Discover now