CAPITULO 21

116 16 39
                                    


Se sentía en llamas, no muy seguro si a causa del alcohol o el desequilibrio emocional que le había provocado Harry. Lo primero que consiguió hacer, fue desviar la mirada, para concentrarse en regular su respiración. El rizado suspiró, moviéndose a unos pasos de él.

—No puedes decir esas cosas, Harry —acabó por verbalizar.

—¿Por qué?

—Porque tú te irás después de esto, cada uno volverá a su vida —explicó—, y no quiero regresar a esa realidad, teniendo esperanzas.

Harry dio otro par de pasos alejándose de él.

—¿Esperanzas de qué? —parecía estar costándole seguir el ritmo de la conversación.

—De que esto signifique algo.

El rizado se volvió, observándolo con el ceño fruncido, parecía estar dudando entre lo que iba a responder.

—Louis... —su voz tembló un poco—, ¿me dejarías estar en tu vida de nuevo? Quiero decir, he superado la fobia, pero lo otro no tiene cura y aunque, lo consiga controlar mejor, sigo siendo bastante complicado.

¿Debería? Podría decirle que sí, y rezarle a una fuerza superior, para que todo salga bien. Una parte de él recordaba lo complicado que había sido todo, sólo tenía esa pequeña chispa de esperanza, la que le decía que todo había mejorado, que no sería sencillo, y tampoco imposible.

—Quiero dejarte —empezó diciendo—, pero ya no puede ser como hace años, ya no quiero ver que desaparezcas durante semanas, ya no quiero que me excluyas. Si...si vamos a intentar esto, quiero que sea de verdad, sin miedo de mostrarnos tal y como somos.

—No sabes lo que estás pidiendo —bufó, con una risa amarga—. ¿Qué pasa si hago lo que me pides y te das cuenta que no quieres esto, que prefieres algo sencillo y más tranquilo?

Sí, eso era algo a lo que también tenía miedo, sin embargo...

—He tenido tiempo para probar relaciones sencillas —cogió aire una vez más—, y aquí estoy, todavía sin éxito...Harry, no depende de lo fácil que sea sobrellevar una relación, sólo depende de que ambos queramos sacarla adelante. Tú mismo lo dijiste, todo se basa en el esfuerzo que pongan y créeme, yo jamás deje de esforzarme.

El de ojos verdes continuo en silencio, pensativo, algo inquieto.

—Nada pasa —continuó al ver que su acompañante no iba a decir nada—, supongo que eso responde a tu pregunta. Si no sale bien, no pasa nada, aprendemos de esto y seguimos viviendo. O quizás nunca tengamos que darle una respuesta a esa pregunta, sólo depende de ambos.

—Ya no tengo razones, ni fuerza de voluntad para negarme a esto —aclamó al fin—. Han pasado cuatro años y sólo me han servido para darme cuenta de todo lo que hice mal, a cada paso que daba en mi recuperación, en las terapias, me quería echar atrás, porque sólo realzaba mi evidente estupidez alejándote. No digo que no fue lo mejor para ti, sólo digo que por primera vez encontré a una persona, fuera de mi familia, que no tenía miedo a estar rodeado de todo el caos que yo traigo; y decidí echarte por miedo a que esto se volviese demasiado complicado para ti...bueno, quizás por celos también.

Frunció el ceño, desconcertado por lo último que había dicho.

—¿Celos? —se tomó unos segundos para pensar— ¿Josh?

Harry puso los ojos en blanco inmediatamente, no necesitó una respuesta después de eso, habían pasado varios años, pero no le había costado nada recordar ese nombre. En cambio, él había tardado un poco en recordar esos sucesos, no escuchó más del chico después de esa noche en la que se despidieron.

Y un día, diremos por siempre.《L.S.》Where stories live. Discover now