Extra 2: There for you

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Los mejores amigos.

- Dominik -

Me cruzo de brazos detrás de la barra de desayuno, viendo a Julietha caminando de un lado a otro, soltando chillidos y barbaridades que no quiero repetir.

—¿Vas a hablar o vas a seguir toda irritada?—suelto mientras muerdo una pera.

—¿Hay alguien más en el apartamento?—dice mientras toma un cojín y lo coloca sobre sus piernas sentándose en el sillón más calmada.

—Solo tú y yo, suéltalo.

Retiro lo de más calmada, entierra su cara en el cojín soltando un grito, sigo comiendo la fruta esperando que saque toda su furia y se tranquilice porque si sigo hablando se la va a agarrar contra mí y no voy a llegar a ningún punto.

Brenda y Luana, mis compañeras de apartamento, siendo sinceras, he convivido más con Lu que con Brenda, Luana es súper alegre y divertida.

La rubia, Brenda, está más en su habitación o fuera del apartamento, así que podría decir mucho sobre ella, no hemos tenido la oportunidad de interactuar, quizás es introvertida, algún día hablaremos más, cuando deje de evitarnos a Luana y a mí.

Mi celular vibra en el bolsillo trasero de mis shorts, es un mensaje de mamá, se podría decir que ahora que estamos a muchas millas de distancia nuestra comunicación ha mejorado, hace un mes que vine a Los Ángeles e intermediario me llama o escribe para saber que estoy viva y con salud que es lo más importante.

Al estar a distancia pude demostrarles que he crecido y madurado, que ya no soy esa niña que necesitaba que la cuiden 24 horas, siete días a la semana porque en el mínimo descuido se escapaba a las carreras de autos clandestinas por diversión y rebeldía.

Me alegra que la relación con mis padres haya mejorado bastante, parecer que dejar volar a su hija única, a este monumento de mujer que soy, les ha sentado de maravilla.

Desechó los restos incomibles de pera y me lavo las manos, ya no escucho maldiciones o chillidos así que hablo.

—¿Cómo están Santiago y tu madre?—pregunto y levanta su pulgar por lo que supongo que bien.

—Mejor que yo.—se queja aún con la cabeza enterrada en el cojín.

Me pregunto si no se estará asfixiando, una ducha helada y una siesta fue mi remedio casero para la resaca, la fiesta estuvo demasiado buena, más el after-party, si le quitamos lo qué pasó con Jhonatan.

—¿Aarón o Natalie?—pregunto sentándome a su lado. La conozco tan bien.

—Ambos.

—¿Qué pasó ahora?

Debo admitir que la vida de Julietha siempre ha sido más problemática que la mía, empezando porque su padre fue una basura, le tocó una mejor amiga hipócrita y la ausencia de su madre por estar trabajando todos los días para mantener a su familia.

—Ayer en la noche pasaron cosas con Aarón, hoy él quiso hablar de eso, se puso celoso porque pensó que iba a salir con Iván, comenzamos a gritar y Natalie escucho todo.

Mierda. No he tenido la oportunidad de entablar una conversación verdadera con Natalie Jones pero su sola presencia da mala vibra y su mirada es tan despectiva que da ganas de soltarle una cachetada.

—¿Dijeron lo qué pasó anoche?—pregunto moviéndome para buscar algo entre los cajones de la cocina.

Si me dice que sí, se armo la tercera guerra mundial, Julietha y Aarón deberían aplicar la de todo se queda en cuatro paredes y de aquí no sale nada.

Trilogía Infinito (EXTRAS)Where stories live. Discover now