CAPÍTULO 14

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De pie junto al río Han, apoyada contra la pared, Park YoungMi se preguntó si sería una buena idea después de todo, aparecerse en el departamento de su hijo, sin ponerse en contacto con él antes. Un impulso momentáneo le había hecho tomar su bolsa, su abrigo y caminar a la estación de tren a Seúl. Una parte de ella sabía que era hora de decirle la verdad a ChanYeol y otra parte no quería volver a pensar de nuevo en el padre de su adorable hijo.

Mamá, ¿qué estás haciendo aquí?

Con una sonrisa, se enfrentó al apuesto gran hombre en el que se había convertido su hijo. — Hola, cariño. Espero que no te importe que llegara de esta manera. — Durante años, no tuvo ni idea de dónde vivía ChanYeol. Nunca la había invitado, siempre iba a visitarla o la llevaba a alojarse a hoteles de lujo y casas de huéspedes en el país. Eso era encantador, pero nunca había visto su departamento hasta que BaekHyun llegó a la vida de su hijo.

¿Llamaste por teléfono?

Lo hice, cariño. Llamé cuando llegué aquí. Lo debes de tener apagado.

Está todo bien mamá, ¿no es así? ¿Es Shawn otra vez?

Lo abrazó por la cintura. — No, cariño. Necesito hablar contigo y no quería hacerlo por teléfono.

¿No podrías haber esperado? — ChanYeol siempre era directo. Él tenía buenos modales. Ella se los había enseñado y la escuela de ricos se los había pulido, pero siempre decía lo que había en su cabeza y con frecuencia no era lo apropiado.

No. No podía esperar ni un minuto más.

El hombre con su abrigo de lujo abrió la puerta del edificio y tomaron el ascensor.

¿Dónde está BaekHyun? — preguntó al entrar en el silencio del perfectamente limpio y ordenado departamento.

Tiene club de ajedrez después de la escuela hoy. — ChanYeol colgó sus abrigos en el armario del pasillo. — Y me preguntó si podía reunirse con MinKi, su amigo, después de eso. Va a llegar a casa a las siete.

Lo siguió a la cocina. — ¿Él tiene que preguntar? — ChanYeol le dio esa mirada de "por favor, no preguntes acerca de mi vida privada" que ella había visto a lo largo de los años. — Es un chico encantador. Hazme una taza de té, hijo.

ChanYeol llenó la tetera de agua y la conectó. — ¿Quieres un bocadillo? Podemos salir a cenar cuando BaekHyun llegue a casa.

No, cariño. Sólo el té.

Nerviosa por lo que había venido a decirle, ella entró en la grande y perfectamente ordenada sala. Incluso cuando era un niño, ChanYeol había sido ordenado, siempre queriendo todo en perfecto orden. Tenía su habitación impecable, a diferencia de todos los niños con los que había jugado cuando era niño. Lo veía llevar él te y colocar unas bonitas tazas y platos de porcelana blanca con cuidado sobre el posavasos de cuero sobre la mesa de vidrio y madera de roble.

Ven y siéntate. ¿Dónde está tu bolsa de viaje? — preguntó como si hubiera acabo de darse cuenta que no llevaba nada con ella.

No traje. No me quedaré. — Se sentó en el sofá y tomó su taza de té. — Sé que tienen una vida muy ocupada.

ChanYeol se sentó y se giró hacia ella, un brazo cruzado sobre el respaldo del sofá. — No puedes regresar esta noche. Vas a estar muy cansada. — Hizo una pausa. — Mamá, ¿qué sucede?

Tu padre — susurró, envolviendo sus manos alrededor de la taza más por confort que por otra cosa. Ella muy bien podría derrumbarse. Esto se había prolongado suficiente tiempo. — Él no fue un padre para ti. Fue el hombre que me embarazó.

[3] - CHANBAEKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora