Desde la muerte de mamá todas las cosas parecían ir de mal en peor, comenzando por el hecho de que mi padre no lograba aceptar aquello y todas las noches regresaba borracho a casa, repitiendo su nombre una y otra vez, diciendo lo mucho que lo sentía, que la amaba y que deseaba que donde sea que este, ella pueda perdonarlo. Mi hermana menor se la pasaba llorando todas las noches, casi ni duerme por eso, las notables ojeras debajo de sus ojos lo dejan más que claro ¿En cuanto a mi? Podría decirse que estoy intentando ser fuerte por mi familia, pero es tan difícil.
Hoy era una de esas noches, una en la que me gustaría dejar de fingir que soy fuerte e irme de esta casa, pero no puedo hacerlo.
EunJi se aferraba a mi con fuerza, mientras el llanto de papá se escuchaba por toda la cosa. Sus gritos y lamentos daban una sensación de escalofríos, siempre que eso pasaba un miedo indescriptible se apoderaba de mi, pero no era solo a mi quien le pasaba eso, mi hermana siempre se acostaba en la cama conmigo y me abrazaba.
Desearía decir que es solo eso nuestro problema, que una vez que superemos la muerte de mamá las cosas van a volver a ser como antes, que vamos a regresar a ser una familia unida, pero no es así. La mayor parte del tiempo puedo notar que alguien me vigila, son dos personas, de eso estoy seguro. Sin embargo, los dos ocasionan reacciones diferentes en mi: a veces, siento tanto miedo que podría ponerme a llorar en cualquier momento, todo el cuerpo me tiembla, en otras ocasiones, cuando él esta presente, a pesar de seguir sintiéndome observado estoy tranquilo, relajado, y por más absurdo que suene, me siento seguro. Es por eso que siempre puedo reconocer cual de los dos esta presente.
- Quiero irme - se quejo mi hermana entre sollozos - ¿Por qué papá nos hace esto?
- Tranquila, ya va a pasar todo - trate de calmarla, a pesar de que me tiemblan las manos - mañana iremos a dar un paseo ¿Te parece?
- ¿Solo nosotros dos?
- Solo nosotros dos.
EunJi asintió, aferrándose aún más a mi. Yo también lo hice, pero ahora mi temor no es solo por papá.
En la esquina de la habitación podía notar dos ojos rojos mirándome fijamente.
- No me gusta el rojo - murmuré.
- ¿Por qué?
- El rojo es malo - fue lo único que respondí - me gusta más el azúl.
En ese momento, se escucho un fuerte ruido proveniente de la sala y un grito desgarrador, aún más que los anteriores.
- ¡Vete de aquí! ¡Déjame en paz!
- ¿Ese es papá? - pregunto en un susurro.
Quise responderle, pero al instante se escucho el ruido de más cosas rompiéndose y los gritos desesperados de papá. EunJi ya estaba llorando y yo, estaba bastante cerca de eso. Quería ir con él para ver que era lo que estaba pasando, pero no podía dejar sola a mi hermana, no con esos ojos rojos mirándonos tan intensamente.
El ruido siguió por unos segundos más, unos segundos que me parecieron eternos, hasta que al final todo quedo en silencio. En lugar de darme un poco más de tranquilidad, lo único que consiguió fue asustarme más.
- Iré a ver que pasa, si sucede algo solo grita mi nombre.
- ¿Vas a tardar mucho?
- No, lo prometo.
Ella asintió, aún sin verse del todo convencida. Seguro no dice nada porque también esta preocupada por papá.
En el momento que llegué hasta la puerta, esos ojos rojos que hasta hace unos momentos estaban en la esquina de la habitación aparecieron frente a mi, luego una fuerza me empujo hacia atrás. Puede que haya sido un simple empujón, pero mi pecho dolía tanto que parecía que había chocado contra algo caliente.
