Al despertar.

218 20 11
                                    

        Se siente extraño el ambiente, no se donde estamos, no se el nombre de los amigos con los que estoy, pero los siento como mis amigos ¿quién carajo son? ¿Por qué se me hacen familiares y no puedo recordar sus nombres? De todas formas es agradable escucharlos reír y oírlos hablar.
Mirando a mi alrededor me doy cuenta que estamos en un local de comida rápida, que somos cinco personas aquí pero estoy con la sensación de que falta alguien por llegar, y estamos hablando de ello ¿quien vendráSe que esta sonando una canción country en la radio, huele a pizza y piña, tengo sabor de piña en la boca y me gusta.
Me gusta hasta que lo veo entrar por la mampara con puerta de vidrio y mi corazón empieza a acelerarse desde ese momento. Mi estómago se aprieta y he dejado de respirar con normalidad ¿Estoy emocionada? 

Todo en él es... de él. Inconfundible. Incomparable. Inolvidable. Su piel morena, su cabello oscuro, su sonrisa algo torcida, pero sensual; su mirada, sus ojos. Dios, qué ojos. La manera en que sus hombros se mueven mientras se acerca, como toda la ropa le queda a la perfección y sin manera alguna de lucir mal.

Se sienta frente a mi luego de haber saludado a los que estaban por su lado e ignorando a los demás.
— Hola —dice directo a mis ojos, pero sin sonreír y con voz suave.
— Hey —logré murmurar con la bombilla entre mis labios. Por alguna razón tenia la boca seca y tenia que beber jugo de piña.
Él rió mirando a nuestro alrededor, mis -o nuestros- amigos se estaban marchando ¿iremos a otro sitio? o ¿han querido dejarme a solas con Zayn?
¿Has estado bien? —se ha acomodado en la silla y puesto ambas manos frente nuestro, casi por alcanzar una de las mías.
— Si, supongo que si —y automáticamente me invadió la angustia. Podía sentirla amenazante en mi pecho, en lo profundo, y digo:— Te extraño, así que no estoy nada bien.

En cosa de segundo él se pone de pie, toma mis manos y me hace abrazarlo. Sus brazos me envuelven en el mas cálido y desesperado abrazo que jamas antes había recibido, o formado parte. No sentía ganas de llorar. Solo sentí que algo volvía a encajar nuevamente, algo que me había estado faltado, su cercanía, su cariño, su calidez. Quizás todo de él me hacia falta hasta ahora.

Y no estamos diciéndonos nada con palabras. Los afectos, los cariños están hablando por nosotros y diciendo mas de lo que deberíamos, tal vez. O todo demasiado rápido como para detenerlo.

Se que se había ido por alguna razón, pero no se cuál razón fue. Siento que perdoné algo que pasó, algo que él hizo, o que yo hice, no se como explicarlo. Mas ahora se siente bien tenerlo así, como si antes hubiera sido así también. Aunque no recuerde si de verdad hubo un antes para nosotros.

Y estamos caminando por una tienda, tomados de la mano, escondiendonos entre los pasillos con ropa nueva para robarnos sonrisas y regalarnos miradas que en su profundidad pedían solo una cosa.
— Necesito volver a besarte —dijo mientras sujetaba mi cara con sus manos tatuadas. Y dado que no respondí con palabras, procedió.

Sus labios se sentían suaves, y enviaban electricidad a todo mi cuerpo con cada roce. Y se volvía cada vez mas intenso, me estaba enviando a otra parte, lejos, fuera de esto, hasta lejos de él mismo...

Hasta que desperté.
Abrí lentamente los ojos y vi lo que tanto temía ver: su rostro en fotografías que tomaron personas que no conozco, inmortalizandolo en los posters pegado en mi habitación.

Mierda. Solo es otro maldito sueño.

DespiertaWhere stories live. Discover now