Todos tenemos un sendero
que nos ha llevado,
a un lugar concreto.
Llevamos una mochila
sobre nuestros hombros,
pero también una ruta
en nuestro corazón.
Aunque encontremos
huecos gigantes,
sabremos saltarlos
y seguir adelante.
y si en algún momento
la peana se tambalease
no pasa nada, sigue adelante.