Lakewood

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La primer parte del viaje no estuvo mal, las galletas que habían mandado por parte de la cocina eran de lo más deliciosas e hicieron que el viaje fuera relajado y placentero a pesar de la poca concurrencia que había en las calles de Chicago. Sin embargo, y un poco contradictoriamente, mientras más lejos se quedaba la ciudad y menos galletas había, el viaje comenzó a hacerse cada vez más cansado y, como si no fuera suficiente, el automóvil comenzó a hacer unos ruido de lo más extraños

Ohh no-dijo Amelia cuando finalmente el auto se detuvo - No, no, no, esto no puede estar pasando-el coche se detuvo y era evidente que algo no estaba muy bien en el motor- Muy bien-dijo Amelia bajando del vehículo - Veamos qué puedo hacer- las cosas en ese motor no tenían ningún sentido para una joven que nunca en su vida se había preocupado por verificar el correcto funcionamiento de un auto - Así que... esta cosa hace que... y esto hace... ammmm...no en definitiva no se que estoy haciendo

Señorita-dijo una voz acercándose- ¿Se encuentra bien? ¿Necesita ayuda?

No, no creo que pueda ayudarme mucho joven- dijo Amelia algo angustiada. Antes de su partida May le previó sobre todos los ladrones o maleantes que podría encontrarse en su camino a Lakewood

Nunca diga quién es usted, ni confíe en nadie - le había dicho May

¿Está segura? - insistió el joven - Parece que algo no está bien en su automóvil

¿Esto? - dijo Amelia quitándole importancia- No es nada y, aunque me encantaría decir que es mío, el coche es de mis señores

¿Y no está preocupada por lo que puedan hacer cuando sepan que llegará tarde?

No, no, no. Ellos... son... comprensivos...Además, se exactamente como arreglar esto

No lo dudo, parece que tiene mucha experiencia en asuntos como este señorita

Si... ahora-no fue hasta ese momento que Amelia se dio cuenta que con los pantalones que llevaba, las manchas de aceite que había ocasionado estar oprimiendo cosas sin cesar y el calor que había esponjado su cabello, no parecía en lo absoluto la Amelia que a Albert le hubiera gustado ver y no pudo soltar una pequeña sonrisa cuando se dio cuenta de todo esto

Permitame ayudar-se ofreció el joven. Una vez abajo de su propio automóvil, el joven parecía más como una ayuda sincera que como alguien que quisiera hacerle daño- Creo que ya sé cuál es el problema

¿Y todo eso lo vio en sólo 2 segundos? - respondió Amelia

¿Es extraño?

No, creo que usted también parece alguien experto en estas cosas-respondió con sarcasmo la joven

Bien dicho, ahora... creo que con eso ya no le causará más problemas

Perfecto. Bien, ahora debo continuar con mi trayecto, le agradezco enormemente su ayuda y ojalá pudiera hacer algo para recompensar su amabilidad

Creo que esa hermosa sonrisa que me dejó ver hace unos momentos fue suficiente - dijo el joven. Un pequeño silencio se mantuvo en el aire

Buen viaje-dijo finalmente Amelia

Igualmente señorita - dijo el apuesto joven mientras veía partir a Amelia

Aquel había sido un encuentro bastante interesante, nadie nunca la había tratado igual y, seguramente, si May hubiera estado ahí le hubiera hecho alguna broma acerca del joven apuesto y ese intercambio de sonrisas.

.....

¿Será qué algo malo les habrá pasado? - preguntó Candy

Solo están un poco retrasados - le respondió Albert

Planes II: SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora