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—Funcionó o no— dijo la castaña al sentir una presencia a su lado. —si— Clint se veía mucho más relajado —ahora los chicos están en la sala para investigar dónde están las gemas— comentó mientras se sentaba en la silla de adjunto. —¿Cuáles gemas?— pregunto Stellan curioso. —es...son algunas joyas que están esparcidas por algunos estados y quieren analizarlas— dijo nervioso tratando de sonar convincente. —Oh ya, no sabía que el tío Bruce le gustaba analizar eso— Stellan como todo niño curioso quería saber lo que sucedía. —Si, Tony le dio la idea— el arquero ya no sabía qué decir. —cariño, sabes cómo es el tío Bruce— —tienes razón— contestó concentrado en su tabla de ajedrez. Clint soltó un suspiro de alivio. —Debes debuscar donde dejarlo estos días— comentó hacia su hija quien hacía una mueca. —lo sé, solo que estoy angustiada. No me he separado de él en estos años— Clint la abrazo por los hombros. — sé cómo te sientes, pero lo estamos hacemos por un bien— Lia asintió ante las palabras de su padre. —Como le hiciste para saber que era o no lo correcto para — —No lo sabía, con el tiempo fui adquiriendo experiencia y no te digo que no cometí errores, porque si lo hice, ningún padre es perfecto. Sigue tus instintos hija, ellos no fallan— Lia asintió un poco más tranquila. —haz hecho un trabajo es excelente, ¿Te lo han dicho?— El arquero conmovido por las palabras de su primogénita y con los ojos llorosos la abrazó contra si. —gracias pequeña— Stellan estaba feliz de que su madre al fin tuviera alguien con quien estar. Desde que llegó a este enorme edificio todo estaba resultado muy bien, tenía más amigos, estaba junto a su abuelo y tío, el señor Stark le estaba ayudando aprender muchas cosas como el ajedrez, estaba contento de estar ahí. —puedes llevarlo con Pepper si quieres— dijo Tony a espaldas de ellos. Ambos se separaron al escuchar a Tony. —No quiero molestar Tony— —que va campanita, Morgan estará encantada con quien jugar— y era cierto, no se juntaba mucho con niños de su edad. La chica soltó un suspiro mirando a su hijo quien no les prestaba atención ya. —Está bien— respondió parándose de la mesa —solo voy alistar sus cosas y nos vamos— —Si quieres yo los llevo, tengo que ir por algunos instrumentos que olvide—
Lia se apresuró a alistar su pequeña mochila donde metió ropa, libros ya algunos juguetes. Estaba preocupada, por dejar a su pequeño hijo por unos días sin su supervisión y lo que la ponía tensa es que no estaría presente si algo sucediese.
Regreso nuevamente al comedor con la cosa, las cuales le entrego a Tony. —Pequeño es hora— comentó el genio. —Si— el menor dejo de mover las piezas del Ajedrez para hacer acercarse a su madre. —mamá, ¿Es cierto que te irás unos días?— pregunto con los ojos llorosos. —Si cariño, solo serán un par de días y estaré de regreso— —¿Me dejarás?— Lia soltó u par de lágrimas ante las palabras de su hijo. —jamás, eres lo más valioso e importante que tengo, yo daría mi vida por ti sin dudarlo pero, ahora tengo que ayudar a tus tíos porque me necesitan. Cuando termine volveré enseguida por ti— el pequeño se abalanzo sobre su madre para abrazarla. —lo prometes— contesto triste el menor. —lo prometo, quiero que seas un buen niño y obedezcas en todo lo que te diga Pepper— explico con calma —lo haré, solo no tardes mucho mami— me agacho así altura para mirarlo a los ojos. —lo prometo, te amo demasiado, quiero que siempre lo tengas presente, eres la luz de mi vida mi pequeño— —Mamá nos veremos pronto— contesto sereno. —Lo se pero quería que lo supieras— tomó el pequeño rostro de su hijo para darle un peso en su frente. —Ven campeón vamos a llevarte a la nave— dijo Clint para dejar que Tony hablara con Lia. —adiós mamá, nos te veo pronto— se despido con la mano y con la otra tomar la mano su abuelo para que lo guiara. Lia solo veía como su hijo se alejaba de su lado poco a poco, oprimiendo su corazón. —estará bien y a salvo, confía en mí— —gracias Tony. Quiero pedirte un favor mas— —claro, hoy estoy generoso— —Si algo llega a sucederme, quiero que tú seas el encargado de darles esta grabación— tendio una pequeña memoria. —Lia ¿Quien usa memorias USB hoy en día?— replicó sonriente. —Es lo único que encontré. Solo quiero que hagas esa promesa Tony— —Si, lo prometo— Lia se acercó abrazo a Tony antes de que se fuera. Debía estar segura de dejar todo en orden antes de partir.
