Capítulo 6

2K 70 9
                                    

Recostada sobre el hombro de Lore, sentí unos pequeños golpes en mi espalda. De la nada, una pequeño malestar emergió de mi panza y corrió por mi garganta, escapando de mi boca como un fuerte, aunque algo tierno, eructo.

-Muy bien, cielo.

Lore volvió a ponerme en su regazo. Nos estábamos viendo de frente a frente y, ahora que había terminado mi botella, era momento del inevitable interrogatorio.

-Este... c-creo que lo puedo explicar -comencé, pero fui interrumpida por Lore, quien colocó una mano en mi cabeza, acariciándome el cabello.

-Damy, creo que para este punto están de más las explicaciones -dijo ella, con una sonrisa en su rostro-. No necesitas explicarme nada. Sólo quiero saber... la botella, el chupón, el cargarte de vez en cuando o el usar pañales cada vez más a menudo... ¿Te sientes cómoda con todo esto?

Lo pensé con detenimiento. Ciertamente, en el paso de unos pocos días mi situación había pasado de un pequeño accidente en el sillón de Lore hasta haber sido cambiada y alimentada por una niña varios años menor que yo. No sólo eso, sino que había empezado a pensar, muy en mi interior, que tanto Lore como Brisa eran personas de las que podía depender; que ellas me protegerían y cuidarían con calidez y amor.

Usar el chupón me relajaba mucho, y ni se diga del biberón que había terminado hace unos momentos. El usar ambas cosas me había traído comfort y calma, de eso no había duda. Los cambios de pañales... bueno, ya estaba acostumbrada a ellos, pero en estos días se habían vuelto una forma de conectar con esta nueva familia, con la que viviría por unos cuantos años más y, aunque tal vez no era la manera más común, me hacía feliz. Aun así, el hecho de que había tenido un accidente durante el día me preocupaba bastante. ¿Llegaría el momento en el que tendría que usar pañales 24/7? Y si llegara a suceder eso, ¿estaría yo cómoda con ser cambiada cuando, donde y por quien fuera necesario?

Suspiré, miré a Lore a los ojos y abrí mi corazón ante ella.

-Lore, hay muchas cosas que no comprendo de mí misma -dije-: no sé por qué soy tan infantil, no sé por qué tengo cada vez más accidentes, no sé cómo voy a entrar a la universidad pasado mañana viéndome como me veo y actuando como actúo...

Hice una pequeña pausa. Lore no apartó nunca la mirada de mí, y me siguió acariciando el cabello mientras yo ordenaba mis pensamientos.

-Pero... -continué-. Creo que estos días que he pasado contigo en tu familia han sido los mejores de mi vida. De verdad, nunca me había sentido tan... querida y aceptada en un grupo. Ustedes han sido muy atentas conmigo, y me han ayudado a descubrir poco a poco quién soy.

» Eso me gusta, pero también me da un poquito de miedo, porque te quiero responder con un "sí". Realmente quiero... pero siento que si lo hiciera, ustedes se esforzarían más de lo que se han esforzado hasta ahora conmigo y me pondrían más atención. Estaría... abusando de su confianza -suspiré nuevamente-. ¿Q-qué debo hacer, Lore?

Un momento de silencio. La mano de Lore se había detenido, y yo ya no la miraba a los ojos. El silencio se prolongó por quince, treinta, sesenta segundos, pero para mí, cada uno de esos segundos duró por horas y horas.

Nerviosa, sostuve la mirada una vez más, esperando una respuesta de mi amiga. De repente, una fuerza extraña me empujó hacia adelante, hacia el pecho de Lore, mientras dos largos brazos se pusieron alrededor de mí en un cálido abrazo.

-Damy... -dijo suavemente-, tú nunca estarás abusando de nuestra confianza. Yo no pienso eso, y estoy segura de que ni Brisa ni mamá lo piensan tampoco. Queremos que te sientas cómoda mientras vivas con nosotras, y queremos asegurarnos que el trato que te damos te gusta y te mantiene feliz. Eres parte de la familia, después de todo.

Lore se quitó sus lentes y me dio un besito en el cachete, para luego recargar su frente contra la mía. El olor del cabello rizado de Lore se coló por mi nariz. Entonces, un recuerdo volvió a mi mente:

-Me gusta cuando me trata así. Me gusta cuando me deja quedarme a dormir con ella, me gusta cuando me ayuda a cambiarme, me gusta... ehh...

-Lore. Te gusta Lore.

Justo antes de que tuviera mi último accidente... había hablado de eso con Brisa. Lore se recostó en la cama, dejándome esta vez encima de ella y viéndola directamente a los ojos. Una sensación rara se apoderó de mi pecho, presionándolo. ¿Lo iba a hacer? ¿Ahí... y en ese momento?

-Lore, yo...

-Te daré tiempo para pensar tu respuesta, ¿va? -interrumpió ella, acariciando mi cabello-. No tiene caso que te presiones por decírmela ahorita, pero... toma en cuenta lo que te acabo de decir. Sin importar la decisión que tomes, nosotras te vamos a querer y aceptar.

-No -respondí, solemne-, no iba a hablar de eso. Hay algo que quiero decirte.

-¿Qué cosa, Damy? -Me miró, extrañada.

Tenía miedo de volver a abrir la boca, pero ya no había vuelta atrás. Mi corazón palpitaba con fuerza y las manos me comenzaron a sudar. Tomé un último respiro de valentía antes de decir las palabras.

-Lore, me gustas.


Fin de la primera parte


Palabras de la autora:

¡Hola! Muchas gracias a todas las personas que llegaron hasta este punto de la historia y a quienes la estuvieron esperando después de varios meses. Sé que este capítulo es bastante corto comparado con todos los anteriores, pero llevo mucho tiempo escribiéndolo y quitándole todo lo que sentí que no era necesario para concluir esta parte.

Me gustaría saber qué es lo que ustedes esperan de la historia, ahora que vamos a pasar a un momento con más personajes y más posibilidades para la misma. Seguiré trabajando en esta historia, siempre y cuando a ustedes les guste lo que hago. Además, tengo una nueva idea para una próxima historia, en la que espero trabajar muy pronto.

Nuevamente, ¡muchas gracias por leer!

-Illa.

[Hiatus] Cómoda y calientitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora