Capítulo XXV - Cuestiones

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Esos días me había quedado en mi habitación cumpliendo el objetivo de ponerme al corriente con los temas escolares que me esperaban. Sabía que ya había descansado suficiente esos últimos días.

Esa mañana había sido agotadora, hice limpieza y lavé los platos. Aunque para mi mala fortuna me distraje dejando caer uno de ellos.

Temprano había tropezado con mis propios pies y también había derramado la bebida en el desayuno.

Miré los pedazos rotos en el suelo.

Era un desastre.

Y lo más vergonzoso era darme cuenta que todo era gracias a Itachi.

No podía dejar de pensarlo fuera de día, de noche, haciendo el almuerzo o tratando de estudiar.
Incluso me había sorprendido a mí misma haciendo pequeños bocetos de su rostro en mis notas.

Recordé la noche anterior, cuando Itachi había pasado a dejar la cena, había sido agradable sentarme con él a comer esos deliciosos platos de soba.

Y no era la comida lo que hacía esos momentos tan agradables. Sabía que él se había apoderado de mi felicidad.

Había estado tan contenta al tenerlo de vuelta. Aunque sus ocupaciones fuera me impidieran verlo con frecuencia. Pues solía pasar el tiempo acompañado de Kisame.

En la cena me contó sobre aquel ex-shinobi. Quien era unos de los siete espadachines de la aldea de la niebla, a menudo referido como "el monstruo de Kirigakure." Y al igual que Itachi,  era un criminal de rango S.
       
-Si alguna vez te encuentras con él, baja la mirada y procura no mirarlo a la cara -dijo con una expresión seria- no debe reconocerte.
 
-¿Pero no es tu compañero? Quieres decir que...
 
-En Akatsuki nadie confía en nadie -meneó la cabeza- las duplas tienen el objetivo de que mantengamos un ojo el uno en el otro. Ni Kisame ni nadie sabe de nosotros y eso debe seguir así ¿me entiendes?
 
Asentí comprendiendo la seriedad del asunto.

-No debes involucrarte con ningún miembro de esa organización. No quiero que corras peligro.
  
. . .

Recogí meticulosamente las piezas de aquel plato roto, y me dediqué a limpiar el polvo restante del suelo.

Al terminar con los pendientes de esa mañana, decidí salir a dar un paseo por el parque de la aldea.

Los rayos del sol irradiaban gentiles, y las hojas de los árboles emanaban frescura, reverdeciendo alegremente en ese verano, y sacudiendo apaciblemente sus frondosas ramas.

¿Cómo estará Sasuke?

Me pregunté.

¿Qué pasará con su venganza?

Yo estaba consciente de la verdad de Itachi, pero Sasuke no sabía nada.
Itachi tampoco me había dado señales de querer decirle la verdad a su hermano, no parecía considerarlo como una opción viable.

Entendía por qué, Itachi intentaba protegerlo de esa manera, era una manera amarga de hacerlo... Y sin embargo no podía culparlo, las opciones que había tenido fueron limitadas, había escogido un camino y no podía echarse para atrás.

Dudaba incluso que con ese odio y esa sed de venganza, el alma tan joven de Sasuke pudiera manejar la verdad.

Sería problemático que al saber todo, el corazón de venganza de sasuke se volviera contra la aldea, la aldea por la que Itachi había sacrificado tanto.

Pero no podía mentirme, pues desde que lo supe todo, me había encontrado con un resentimiento al sistema de gobierno de la aldea.
Un dolor por todo lo que habían hecho pasar a Itachi, por las desiciones que lo orillaron a tomar, porque era sólo un niño que había sido obligado a cargar con el peso de un sistema corrupto creado por el egoísmo y la negligencia de hombres hambrientos de poder...

Voy A Salvarte [Itachi y Tú]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz