𝐂𝐄𝐋𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐀 | [ 𝗖𝗢𝗠𝗣𝗟𝗘𝗧𝗔 ] ©

𝗰𝗶𝗻𝗰𝗼

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Pov Villamil 🌀

La escuché, está vez atentamente.
No, no era quién yo pensé.

Lentamente sentí como mi furia y mi dolor se remecian en mi garganta, logrando hacer un nudo, que jamás fue soltado.

La vida la había tratado mal.
Cientos de cerdos la habían tratado mal.
Personas la habían juzgado y tratado mal.

Yo, estaba enamorado y jamás la trataría mal.

Pero de eso, ya había pasado un mes, donde nuestros corazones no hicieron más que lastimarse.

Nos propusimos olvidarnos, no funcionó.
Nos propusimos seguir adelante, no funcionó.

Entonces nos propusimos enderezar nuestras vidas.
No sé si funcione, pero quiero intentarlo.

Por ella, por mí.

(...)

Estoy caminado hacia su departamento, aún vive cerca del motel, aún consume brugal, aún tiene el empaque de las mentitas que le regalé.

—Si, tenemos plan Bacanal- rió Alguien, antes de salir del departamento.

—Exacto- sonrió ella, otra vez, envuelta en una sábana.

Oh, no.

—¿Celeste? - la llamé, mientras miraba con fastidio al tipo que se iba.

-Villamil, yo.. -empezó a tartamudear

—¿Plan bacanal? ¿Es en serio?- reclamé, entrando violentamente a su pequeño departamento.

—Villamil, Parale, tú y yo no somos nada más que amigos- espetó.

«Auch», pensé.

Pero era cierto, habíamos quedado en ser amigos, mientras nos proponíamos mejorar.

—¡Sólo porque tú no dejas de ser Celestina!
—¿Y qué rayos puedo hacer? ¡Debo trabajar!
—Hay otras formas de trabajo.
—Que no pagan bien.

Otra vez la misma conversación.

Celestina 🌀

—¡Villamil vete! Esto jamás va a funcionar
—Tú no quieres que funcione, no quieres dejar de ser muela en carie de la ciudad
—¿Y?
—¡Celeste! Vas a salir lastimada, dañada, más de lo que estás.
—¡Ya te dije que soy Celestina!
—¡Yo no quiero a Celestina, yo amo a Celeste!

Por un demonio, otra vez era la misma discusión. Es la tercera vez que Villamil llega y me encuentra terminando de trabajar. Claro que quiero dejar de ser parte del oficio más viejo del mundo, pero no puedo.

No es por el dinero, los contactos o cualquier otra cosa.

Me voy a morir. Voy a morir de un maldito cáncer en el hígado.

Y no puedo hacer que funcione algo con Villamil, porque si me pasa algo, a él también le afectará.

No puedo permitirme lastimarlo, no más de lo que ya le hice.

—¡Pues que pena! ¡Celeste no existe! ¡Soy Celestina! ¡Carie en muela de la ciudad! Y yo ¡No te amo! ¿Me oíste? ¡Lárgate! ¡Vete!- dije mientras le lanzaba objetos que encontré a mi paso.

—Detente- exigió, tomándome por los hombros.

—Sueltame, estúpido- chillé.

Me miró a los ojos

—Aún si fueras Celestina, yo te seguiría amando, hoy y siempre- mencionó, antes de besar mi frente e irse.

Y me quedé ahí, envuelta en una sábana, odiandome porque él no merece a alguien como yo.

Celeste ya no existe. Se murió el día del disparo.

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