Sin arrepentimientos

290 22 21
                                    

Podían sentir el helado frio penetrar en sus pulmones, rasgándoles la garganta. Tanto así que, por un momento, Callum pensó en rendirse y dejarse caer. Pero no, la delgada mano que le sujetaba no daba indicios de soltarlo ni de dejarlo atrás.

Rayla quien estaba delante de él corría con prisa por entre la nieve que casi alcanzaba sus tobillos y que dificultaba su carrera.

—Sigue Callum, no te detengas.

Un zumbido cruzo por su oreja élfica, un proyectil que de haber estado más a la izquierda le perforaría la cabeza.

Otro flechazo surco el aire helado e intento clavarse en la mochila de Callum pero por fortuna no tuvo el alcance necesario.

Zym por su parte y al ver la agresiva hostilidad de fuera, procuro esconderse aun mas en la mochila que llevaba el joven mago.

Desde su distancia no podía intuir cuantos cazadores les perseguían, pero sabia que era una cantidad importante. ¡Rayos! ¿Por qué? ¿Por qué tenían que haber cruzado por ahí?

—¿¡Por qué tenías que traernos por aquí Callum!? —gritó Rayla, ajustándose las bolsas y la pesada ropa que llevaba consigo.

—¡Si! ¡Lo sé! No esperaba que esto pasaría. Creí qu- ¡Woo cuidado!

Ambos se detuvieron en frente de un risco, un alto risco cargado de nieve y que también daba fin a su proeza de escape.

—Ay no... es el fin...

Rayla sostuvo con mas fuerza la mano de Callum, intentando transmitirle su fortaleza. Pero no parecía que lo estuviera logrando.

Con rapidez, varias sombras empezaron a salir de entre los árboles, apuntando a ambos con sus arcos y flechas preparados para disparar.

—¡Tú! Entréganos al dragón y aléjate de ese humano. ¡Ya! —La compañía élfica se acomodó rodeándolos para cualquier indicio de escape. Estaban completamente acorralados.

—¡No! —gritó Rayla, profesando en su voz una voz doliente —. ¡Deténganse, esto no nos hará ningún bien! Solo venimos a dejar al pequeño con su madre.

—Establecer lazos con los humanos está prohibido, incluso mas confabular lo que sea que tramen. ¡Aléjate! ¡O también te dispararemos!

Los dedos de la elfa presionaron con mas firmeza a los de Callum. Él se limito a mirar a las armas de quienes les apuntaban. Algunos parecían dudosos, otros, decididos y con ojos cargados de odio de tan solo verlo. Incluso a su distancia lo podía sentir.

El ligero temblor en la piel de la elfa a su lado era señal que debía hacer algo, o le ocurriría algo muy, muy malo. Y eso no se lo podía permitir. Tenía que actuar.

—L-lo siento —musito en voz baja—. Lo siento, nosotros solo intent-

Un destello voló por el aire, cruzo por la nieve y se clavó en la carne.

Pero no en su carne...

—¡Rayla!

La joven elfa recibió el flechazo justo debajo de sus costillas, lugar donde estaría el corazón de Callum. Ahí se derrumbó con la fuerza que le quedaba.

—¡No disparen! ¡Hay que atraparlos! — la compañía bajo sus arcos con confusión y sorpresa. ¿Era cierto que un elfo había recibido una flecha por un humano?

—Rayla no... —Callum froto el rostro de su amiga, quien hacia una fuerte mueca de dolor.

—¿No te dieron o sí? — profesó, tomando entre sus cuatro dedos la palma del mago y frotándola con su rostro.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 12, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Un disparo Helado (Rayla x Callum)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora