Asueto Inmortal

10 1 0
                                    

Los últimos vestigios de sol del crepúsculo rebotaban en el asfalto de la carretera. Se hacía muy tarde y el calor en el asfalto se convertía en un tenue frío que aumentaba, entre tanto la luz del cielo se ocultaba en el horizonte.

La ruta de Sanit Token no era muy transitada por los vehículos, aunque era una vía rápida solo de vez en cuando se escuchaba el rugido de un motor a toda velocidad, y un agudo frenazo de las llantas al pasar por la curva para desacelerar. Ergo, las noches en Sanit Token eran aún menos frecuentadas.

Sin embargo, al igual que todos los viernes por la noche, ellos se encontraban allí, ocultos tras la maleza al borde de la carretera, tratando de ocultar la maliciosa risa traviesa, incluso antes de cometer sus fechorías de adolescentes.

―¿Quién será el primero de esta noche? ―preguntó Roy.

Esa noche llevaba una chaqueta negra muy ajustada. Al igual que los demás, habían decidido vestirse de negro todos los viernes, una manera de camuflarse mejor en la noche. El detalle de Roy era que su inconfundible color rojizo en su cabellera llamaba demasiado la atención, y mucho más con ese peinado punk con una cresta en punta, cosa que se negaba rotundamente en ocultar.

―Las mujeres primero, ¿verdad? ―levantó la mano Naty con su particular risa pegajosa.

Ella vestía un suéter negro con las mangas demasiado largas y llevaba dos coletas negras hacía arriba, ajustando su cabellera rubia con algunos mechones tintados de rosa. A simple vista, Naty siempre llamaba más la atención que Roy, pero por el simple hecho de molestar al chico, todos lo fastidiaban con eso.

―Siempre nos jodes con eso de las mujeres primero, Naty ―sumó Rafa―. ¿Qué tal los mayores primero? Así siempre comienzo yo ―señalaba a Naty con su mano enguantada de negro.

Rafa era el mayor sin duda y por ende el más precavido, su vestimenta era la más oscura de todas. Incluso llevaba guantes, un pasamontaña y se ensuciaba los cachetes gordos con arena.

―Eres el mayor y el más inmaduro de todos, Rafa ―agregó Ingrid, golpeándolo suavemente en el hombro―. Pero tienes razón, Naty siempre anda jodiendo con eso, ¿Por qué no soy la primera? También soy mujer ―presumió escupiendo entre la maleza.

―No lo pareces, eres más hombre que Roy ―comentó Diego conteniendo su risa, pero no pudo evitarla cuando escuchó a Naty reír con fuerza.

―Te voy a golpear tan fuerte en la cara que tus ojos se te saldrán por el culo, bastardo ―amenazó a Diego casi levantándose del suelo.

Ingrid y Diego eran hermanos, de esos que no se llevan muy bien, pero siempre andaban juntos protegiéndose, una combinación rara. Al igual que los demás, ambos llevaban prendas oscuras, Diego portada su gorra favorita con el dibujo de un lobo arriba. A Ingrid siempre le lucían sus brazos musculosos y su pintalabios negro, llevaba una cola en trenzas con algunos mechones de cabello pintados de verde.

―No levanten la voz, idiotas ―reclamaba Roy, tapándose la boca con el dedo índice―. Puedes ir primero, Ingrid. Da igual quien comience, lo importante es saber qué vamos a apostar hoy ―El chico dio el inicio para el interés de todos.

Antes de que cada uno se moviera para acercarse a Roy, escucharon movimientos en la maleza algo torpes y quejumbrosos. Luego escucharon una voz familiar; la de un niño.

Ingrid sacó su navaja de bolsillo y se colocó en frente de los demás. Ya les había ocurrido eso antes, hubo un viernes que Naty fue atacada por un coyote que rondaba por ahí y Roy la tuvo que defender a palazos, mientras lo demás se ocupaban del asunto en la carretera. Había sido todo un lio y dejaron de jugar dos viernes seguidos por eso, los maestros casi los habían descubierto.

Asueto InmortalHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin