Capítulo 7

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POV Rubí

A la noche, muy a mi pesar, era la fiesta de despedida de Sergio. La oficina era un alboroto, todos entusiasmados porque iban a tirar la casa por la ventana. ¿Qué onda está gente? ¿Los tienen amarrados? Nos vemos todos los días y más encima debo pasar mi tiempo libre con ellos, solo porque el Sergio se nos va de viaje.

Catalina​:​ ¿Intentarás no irte a las 12:00 cenicienta?

- Me carga cenicienta, es una sometida y créeme, apenas Sergio emita su discurso eterno, me iré.

Catalina​:​ Si quieres ser socia en algún momento tendrás que relacionarte más con tus pares, no todo es trabajo mujer. ¿Hace cuánto no te diviertes, estás con alguien, te enamoras, sales de carrete?

- Ay que latera Cata, ya me voy para arreglarme y darme ánimo para la noche insufrible –

Me dejó pensando, hace mucho tiempo que no tenía un novio o alguien con quien disfrutar mis viernes. Igual, admito que santa no soy, tengo un vecino que cada vez que lo necesito, lo llamo para pasar el rato. Miguel se llama, un tipo atractivo que me sirve para el propósito de desestresarme, pero con la regla de no pasar la noche conmigo, sin dormir, sin abrazos, sin ver su cara al despertar. Práctico y conveniente, no sé nada de su vida y él, por más que intente, no sabe nada de mí, no necesito añadirle más drama a mi historia.

Entro a mi departamento, saludo a Reichi, le doy su alimento y salgo como cada tarde al balcón. Nuevamente los pensamientos de que estoy incompleta llegan, he trabajado al máximo, tengo lo que he soñado, pero no es suficiente, algo falta y sé que siendo socia al fin ese vacío en mi pecho se llenará. Anhelo que suceda porque no puede ser que cada día la vida no sea suficiente, encontré mi refugio en ser ambiciosa en proponerme meta tras meta, para al final darle un propósito a mi existencia, debo dejar una marca, debo ser reconocida por otros, para que vean lo que una Cárdenas puede hacer.

Se me hace un poco tarde y me dispongo a entrar a la ducha para ir a la fiesta inservible. Maquillaje sutil y un vestido largo negro con una abertura en la pierna izquierda.
Todo listo y dispuesto, siendo las 21:15 hrs en punto entro a la oficina, se ve extremadamente cambiada, con todas las luces, mesas blancas y el servicio de catering ofreciendo espumante a los comensales. Busco con mi mirada a Catalina, es con la única que podría soportar esta noche, pero la veo muy coqueta hablando con Julián, el jefe de Marketing

- Bueno, a falta de refugio, mejor empiezo a beber – y agarro una copa

De pronto todos se dan vuelta y se dirigen a la entrada, llegó el super festejado traidor. Sergio y un poco más atrás estaba la jefecita engreída. Al decir verdad, muy feliz no se veía, al contrario, su mirada estaba pegada en el suelo, con una mueca de desgano, si no quería venir ¿qué hace acá? Más encima tener que aguantar su cara de amurrada.

Sergio​:​ Muchas gracias a todos por venir, no saben lo emocionado que estoy, dejando atrás muchos años de esfuerzo, ustedes se convirtieron en mi familia, pero este viaje es necesario tal como darle el paso a nuevas generaciones que dejen su huella en esta compañía que tanto sudor me ha costado. Gracias a cada uno de ustedes, ¿Macarena, algunas palabras?

Ella lo mira con cierto desagrado, toma una copa y la levanta

Macarena​:​ Nada que decir, solo ¡Salud! Espero al menos algunos de ustedes puedan cumplir sus sueños - bebió de un solo sorbo todo el trago -

- Salud – dijeron todos al unísono

Eran cerca de las doce y ya había cumplido mi cuota de estadía, todos estaban bailando y un poco arriba de la pelota, sinceramente no hablé más de 3 palabras con uno que otro compañero y solo me dediqué a beber y observar a lo lejos la interacción entre Sergio y Macarena, claramente habían conflictos entre ellos, problemas de gente rica, tal vez una cartera de marca se le ensució o el auto de último modelo no era lo suficientemente moderno.
Agarré mi copa y fui al último piso a la azotea, ya quería salir de esa oficina y respirar aire puro, la noche estaba hermosa y veo que no soy la única que tuvo la idea de escapar para admirar las estrellas.

Me acerco y es Macarena, con su mirada perdida en la luna

- La señorita importante no debería estar compartiendo con la tropa de ebrios –

Macarena : prefiero por ahora estar sola, no están los ánimos para celebrar la verdad, y tú? ¿Ya no sabías donde escapar y me seguiste?

- Ja! Ya quisieras, solo estoy haciendo tiempo para irme. Supongo estás feliz, ya mañana será tu primer día de la super jefa al rescate –

Me mira a los ojos y sonríe, pero una sonrisa distinta, cargada a la nostalgia más que su típica gracia

Macarena: Sabes lo que admiro de ti, del día uno sabes lo que quieres, sabes lo que te hace feliz y nada te detendrá hasta conseguirlo, tus sueños están intactos, nadie te los ha arrebatado – mira nuevamente a la luna – me gustaría ser así...

Por primera vez no tengo ganas de molestarla o tirarle un mal comentario, no la veo feliz, no lo encuentro oportuno, a veces, solo a veces, me controlo

- ¿Tú no querías esto verdad? Seguir los pasos de tu padre

Macarena : Poco importa lo que quiera u opine, finalmente siempre se sale con la suya. Tenga 15 o 32 como ahora, él siempre logra quitarme la poca libertad que me queda – la luz de la luna enfoca su cara y una lágrima corre por su mejilla –
Me acerco a ella y tomo su cara obligándola a que me mire

- Tú misma dijiste, no sé tu vida, no sé tus luchas, no sé tu vivencia, pero algo que sí sé, es que algo más allá te debe importar, algo te mueve – con mi pulgar seco su lágrima – tú eres la única que puede decidir tu destino, ¿cómo va hacer? Acá llorando, porque tienes mi trabajo ideal – se ríe - o luchando para abrir una nueva puerta y ver qué te espera, te aseguro si te esfuerzas podrás convertir esa pena y rabia en un motor que te guiará a cumplir tus sueños.

Macarena : solo quiero ser feliz Rubí, no pido más

- Entonces, ¡ve por ello! Pero ojo, no te la haré fácil eh – le doy una palmada en el hombro – Ya que arrebataste mi máxima meta y ni siquiera la quieres, mínimo te haré sufrir un poco en el camino a tu felicidad, mi orgullo me lo exige -

Ella ríe, de nuevo volvió su brillo habitual, su sonrisa sincera

Macarena : gracias Rubí, sabía que tu corazón no era solo un cubito de hielo – suena el teléfono – Es mi padre, tengo que ir. Gracias por todo, lo mejor de mi semana ha sido conocerte –

Sorprendida por su declaración se acerca y me da un suave beso en la mejilla, luego se marcha dejándome estática ante su acción
Veo la hora y eran cerca de las 01:00 AM, he batido mi propio récord, el tiempo, extrañamente, pasó volando estando con ella, luego dirijo mi mirada hacia la luna en el mismo lugar donde estaba Macarena.

- Tal vez, no sea mala idea dejar que el cubo de hielo al fin se derrita -

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Entre la ambición y el amor - RubirenaWhere stories live. Discover now