33 : tranquility on narnia

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TWO YOUNG HEARTS
tranquilidad en narnia
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El mar, un inmenso mundo desconocido para muchos, sin embargo, Meredith lo conocía como la palma de su mano

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El mar, un inmenso mundo desconocido para muchos, sin embargo, Meredith lo conocía como la palma de su mano. Había sido su hogar en los últimos años, pero había algo diferente en él, una vibra extraña que la envolvía.

Había pasado días y semanas intentando encontrar la fuente de esa extraña vibra, para su mala suerte no había tenido rastro o indicio alguno. Contactó a sus hermanos pero ninguno otro sentía lo mismo que Meredith aunque prometieron estar al tanto de eso.

Enterró sus pies en la arena ardiente del atardecer, sentía las pequeñas olas golpear contra sus pies, su vista quedó fija en el horizonte que comenzó a teñirse de colores cálidos. Cerró los ojos disfrutando la brisa golpear contra su rostro y el viento agitando su cabello.

Las cosas en Narnia habían sido muy tranquilas en los últimos tres años, Caspian había logrado alianzas y las guerras terminaron. Algo realmente aburrido para Meredith puesto que los únicos problemas que solucionaba ahora eran peleas entre peces y demás animales marinos.

Sus ojos se posaron el la orilla del mar donde dos figuras la saludaban sonrientes. Sirenas. Una criatura sumamente hermosa y terroríficas para otras personas, pero para Meredith eran sus mejores amigas, le gustaba pasar tiempo con ellas nadando en las profundidades del mar.

— ¿La nave de Caspian está cerca? —preguntó sorprendida— ¿Me llevarían con él?

Después de que las sirenas asintiera. Meredith se lanzó al agua.



Habían sido muchas las veces las que La Guardiana había asustado a la tripulación de Caspian creando grandes olas, pero no la culpen, estaba demasiado aburrida y oír gritar a los hombres le provocaba cierta diversión

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Habían sido muchas las veces las que La Guardiana había asustado a la tripulación de Caspian creando grandes olas, pero no la culpen, estaba demasiado aburrida y oír gritar a los hombres le provocaba cierta diversión. Aquella vez fue una excepción, decidió llegar en paz flotando sobre una ola que llegó a la par de la proa donde saludó a Reepicheep y a un minotauro con una sonrisa.

✓TWO YOUNG HEARTS ‣ edmund pevensieWhere stories live. Discover now