POMME D'EDEN || [ the last hours one short]

Pomme D'eden

Diciembre de 1903

Londres

~>>>♡<<<~

•○• " extiende tu mano amorosa nena, porque estoy suplicando.

pensando muy bien cuando era un rey,
jugaba fuerte y rápido porque lo tenía todo,
me alejé un poco y me avisaste,
lo que fácil se viene, fácil se va
y esto podría acabar.

estoy de rodillas mientras suplicó porque no quiero perderte.
── Beggin de Maneskin. " •○•

~>>>♡<<<~

Los días más fríos se acercaban a Londres, Katerina bebía tranquilamente su té de tilo, cortesía de su madre en aquella visita temporal a su hogar, revestido con preciosas plantas de todo tipo y bastante hogareño, el interior de la casa parecía una pequeña choza de cuento de hadas, las maderas desprendían el aroma de un bosque, a musgo si era más específica. Su madre la miraba desde su asiento al otro extremo de la casa con una mueca para nada cálida. ──Para ya, me estás poniendo nerviosa a mi también ──Hecate esa mujer que vivía cientos de años ya parecía cohibido con su actitud en ese momento, Katerina alzó una ceja y replicó aquella mueca que su madre solía mencionar se parecía a la que su padre hacia cuando estaba con ella.

Caspian Nazyalensky había sido un cazador de sombras de la era de los héroes contra los monstruos de metal, años bastante obscuros para todos los cazadores, la malévola Hecate se había ablandado una vez que lo conoció, convirtiéndose así en la esposa de un cazador de sombras, posteriormente su madre, todos los cazadores se sorprendían de saber de la existencia de Theresa Gray, y en parte eso la ayudó a ser más recibida por la sociedad de Nefilims.

Su madre era la fundadora de la brujas, era bastante obvio que su línea sanguínea conservaba aquellas características. Belleza, fuerza, legado angelical y poder mítico característico de las hechiceras.
Pero también tenía defectos bastante marcados, aún no dominaba del todo su poder y solía tener problemas de ira bastante intensos, además de problemas para controlarse.

Anna, Lucie y Matthew siempre habían sido sus mejores amigos, sus más allegados, por ello la pelirroja ahora estaba ahí, en casa de su madre bastante ocupada como para si quiera pensar en concreto el hecho de que esa tarde Cordelia y James se estaban casando, era bastante gracioso decirlo incluso mentalmente, la persona que te gustaba, con la que habías salido un tiempo victorioso, se casaba.
Si hubiese sido con Grace tal vez no lo hubiera tomado tan mal, la niña era un amor infantil de James y siempre le había agradado el hecho de que la rubia cenizo entendía que ella también estaba en la ecuación, Grace reconocía que James parecía tener algo también con ella muy a costa de que se vieran cada verano, era obvio decir que sabía su coneccion con el peli-negro era mucho más fuerte que el cuento infantil de amor.

Grace nunca había parecido en lo mínimo complacida de tener esa cercanía pero guardo el secreto porque en realidad la obscuridad que envolvía a la Blackthorn también le gustaba.

La situación se había complicado una vez que Cordelia Carstairs, la señorita más perfecta de Londres se había unido a la cuenta y ahora eran cuatro. Cuando James dejó de buscar a Grace, ella fue abiertamente el apoyo que requirió, le dejó ser ese pilar que lo sostuvo junto a Matthew, lo amo demasiado, como el a ella, todo hasta que las cosas se complicaron y era una historia larga, James se había metido en problemas, justo cuando iba a demostrar que no podía ser así, Cordelia saltó al rescate humillandola a ella también.
Los padres de James quienes la amaban muy a pesar de todo, intentaron disculparse por tal acción de su hijo, ahora todo era un enredo y sospechaba que Carstairs no era ni un poco de inocente de lo que aparentaba.