Mi razón de vivir

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Las fuertes lluvias de Boston que deja una gran neblina esparcida por toda la ciudad dejan imposible ver a más de tres metros de distancia.

Por suerte, cuando te encuentras dentro de un hospital día y noche esto no te preocupa ni un poco. Aun así, el frio clima que se siente dentro, te deja calando los huesos por la frialdad.

Harry, un chico de 15 años de edad, cabello revuelto y lo suficientemente rizado para verse demasiado tierno y más por sus grandes ojos color esmeralda. Lamentablemente, no está en su mejor etapa, pues su enfermedad, no hereditaria pero mortal ha provocado el aislamiento hacia cualquier persona, no poder ir a la escuela como un chico de su edad debería ir, no tener amigos, pues sus tratamientos son tan tardados y diferentes que debe viajar continuamente junto a su madre Anne.

Una enfermedad algo peculiar pues, aunque suena sencilla, los trastornos de su vida han generado que sea más severa y que todas aquellas esperanzas de que se cure se hayan desvanecido como la niebla.

La enfermedad del chico así llamada como, "Asma difícil de controlar" ha dejado huella en él, pues tomar varias pastillas al día, inhalar un oxigeno eficaz para que sus pulmones se encuentren en buen estado, no suena como algo normal que haría un chico de su edad en su vida cotidiana.

Gracias a los esfuerzos de Harry, el doctor le recomendó a su madre que vayan a vivir a otra ciudad, para así despejarse de todos los recuerdos malos que ha dejado la ciudad de Boston.

Así es como su madre decidida mudarse junto a su pequeño y tierno hijo a Londres, que es donde viven los abuelos del chico y donde seguro le darán un cálido hospedaje pues después de transcurrir tres largos años no los ha vuelto a ver.



- Te comprare el peluche que tanto has deseado desde que tenías 10 años - La voz de su madre sonaba tan dulce que te hacia sentir en paz.

- Ya no soy un niño de 10 años mamá - El tierno y esplendoroso rostro del chico te hacia sentir algo de lastima, su madre siempre lo ha tratado diferente para no hacerlo sentir menos, pero a consecuencia de esto el se siente intranquilo y temeroso.

- De acuerdo, si no quieres el peluche, te comprare los dulces que tu quieras, ¿Qué dices? - Su voz era más calmada, no quería generarle inseguridad o miedo a su pequeño.

- Si - Fue su única respuesta, Harry sabe que no puede soltar demasiadas palabras en un mismo momento pues esto le provoca un inmenso agotamiento, un desnivel en sus signos cardiacos y una pequeña falta de aire.

Anne tomo la mano de su hijo, y miro su hermoso color verde que lleva en sus ojos, dándose cuenta que estaba a pocos centímetros de rebasar su cabeza pues este había crecido más de lo esperado para su corta edad.

Lo llevo hacia el departamento de dulces, Harry suelta su mano y va directo hacia la estantería de chocolates de todas las formas y tamaños posibles. Los cristalinos ojos del chico se quedan viendo hacia una pequeña bolsita morada llena de chocolates en forma de esfera, se veía ansioso y con ganas de tenerlo en sus manos como si se tratara de su juguete deseado.

- Puedes agarrarlos si es que quieres esos - Aunque el chico no le presto mucha atención a lo que dijo su madre, este, toma la bolsita de chocolates sin mucho esfuerzo, los mira con esos ojitos que tiene un pequeño cachorrito.

Anne pone su mano sobre el hombro de Harry, este sale de sus pensamientos y la mira con firmeza, lo lleva hasta la caja en donde pagarían aquellos chocolates, pero él no quita sus ojos a estos. Hace mucho tiempo que no come algún tipo de dulce pues había un medicamento que le negaba comer o tomar cualquier cosa que contuviera azúcar.

Mi razón de vivir | Larry StylinsonTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang