22

147 12 4
                                    

DIEGO

Me desperté por un fuerte sonido, busqué a Roberto con la mirada.

—¿Estas bien? — el chico me miro.

—¿Parezco estar bien? ¡Ayúdame! — me levanté, fui hasta él.

—Me acabo de prender— ver a un Roberto de rodillas en el piso será lo mejor que verán mis ojos.

—Si me sigues dejando invalido será lo ultimo que veras— Roberto alzo sus manos tal como un bebe, lo tome en mis brazos para cargarlo.

—¿Tienes que ir a trabajar? —cargue al chico hasta el baño y asintió —No puedes ni caminar y quieres ir a trabajar.

—No he tenido nada en un año, es obvio que me iba a doler— el me miro enojado —Tu vas a prender stream.

—No es lo mismo, yo estoy sentado frente a una computadora. Vane puede maquillar mis marcas y nadie se dará cuenta.

—No puedo faltar, mis vacaciones terminaron hoy— nivele el agua que salía de la regadera para poder meter a Roberto.

—Si tanto quieres ir a trabajar, no te detendré— ninguno dijo nada.

Se veía tan bien tenerlo así, solo él y yo. Se sentía tan bien ya no tener que esconderle nada.

—¡Ya puedo caminar! — solté una risa por su comentario, vi como salió del baño.

—Hay pastillas para el dolor —le entregue una muda de ropa.

—¿La sudadera roja es tuya? — asentí —Una sudadera roja, un pantalón gris y unos tenis negros ¡Nada combina!

—¡Póntelo! — el chico me miro sorprendido —Lo-Lo siento.

—Nunca había escuchado esa voz— saque una camisa gris y un pantalón negro para colocármelos.

—A veces no puedo controlar mi voz— él se acercó a mi —Que bien te ves con mi ropa.

—Me vería bien debajo de ti— tome las agujetas de la sudadera y lo acerque a mí.

—Tienes trabajo y yo también— Roberto hizo un puchero y asintió, ambos nos pusimos nuestros tenis y bajamos las escaleras.

—¡Buenas! — miramos a Vane, servía el desayuno junto a Grady.

—Hola ¿Estuvieron toda la noche fuera? — Grady me miro y sonrió.

—Si y por lo que veo —señalo mi cuello —Ustedes estuvieron muy ocupados.

—No te incumbe, pero gracias por todo— Vane sonrió y nos sentamos a desayunar.

—No te incumbe, pero gracias por todo— Vane sonrió y nos sentamos a desayunar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Hola— saludo Yei, Roberto bajo del coche y la abrazo.

—¿A qué hora termina tu turno, Beto? — Roberto se acercó a la ventanilla de mi lado.

Deja que yo te enamore.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora