V

162 7 2
                                    

Zoned ,1846
La luz del sol se colaba por el pequeño orificio descubierto del gran ventanal alumbrando los aposentos de mi madre Lifich Alet
que a sus veintinueve años estaba enferma y no podía recibir mucha radiación solar porque incrementaba sus dolores de cabeza.

Mi menudo cuerpo de ocho años peinaba la hebras rojizas de cabello de aquella dama francesa que tanto amaba y admiraba. Su fuerza de voluntad al salir adelante mientras mi padre Lumieff Alet viajaba por el mundo cerrando cientos de negocios para intentar salvar nuestro patrimonio, me demostró que es toda una mujer en el sentido de la palabra, no hay necesidad de que exista un caballero para criar de dos gemelas revoltosas por cinco años.
Para la fecha, ya nuestro padre estaba aquí, llegó hace dos años más enriquecido que nunca y en tan poco tiempo llegué a adorarlo tanto como a mamá. No era un hombre machista <<eso sólo ya era demasiada suerte>>, era gentil, caballeroso y demasiado divertido. Jugábamos los cuatro y aprovechamos esto para introducir algunos entrenamientos que nos servirían cuando fuéramos señoritas mayores y decidiéramos casarnos o calarnos por nosotras mismas <<ventajas de gracias al Alabado dios, no ser huérfanas>> . Mi padre me enseñó a montar a caballo, a leer, a escribir, a remar e incluso fugitivamente a pescar. Nos divertíamos mucho haciendo cosas que la sociedad soberbia tachaba de "innecesarios conocimientos para las mujeres", nos les reíamos en la cara y seguíamos a nuestra manera con la vida que llevábamos, inclusive una vez, los cuatro pasamos una semana de vacaciones en unas islas privadas donde iban familias con pensamientos muy parecidos a los nuestros y no hubo un día en el que usáramos vestidos, lucimos pantalones ¡Si! ¡Pantalones!.
Todo nuestro castillo comenzó a desmoronarse al enterarnos de que mamá enfermó este año. No nos quisieron decir de qué, pero sé que es grave. Cada vez está más pálida, delgada y débil, tanto que debo hasta peinarla y ayudar con Voulned a vestirla. Al principio salía poco a tomar el sol o a compartir con su familia, ahora sólo se la pasa en sus aposentos acostada o con mi ayuda sentada frente al ventanal mientras contempla el hermoso jardín desde el segundo piso de nuestro hogar. Apenas habla, sólo pasa horas acariciando el cabello de sus gemelas mientras nos quedamos dormidas en su regazo o sonríe con ojos llorosos cuando le leemos cuentos, bailamos y cantamos.

De un momento a otro mi madre comenzó toser y a faltarle aire. Corrí por ayuda y mi padre junto a unas enfermeras que la cuidaban ingresaron de inmediato, me apartaron y la subieron en una camilla. Antes de que se la llevaran demandó que nos acercáramos Voulned y yo que nos encontrábamos abrazadas. Tomó nuestra manitas y las apretó con fuerza.

—Las amo, tomen las riendas de su destino. Cambien el mundo bolitas de pelo....—susurró en un último suspiro que me partió el alma antes de comenzar a toser nuevamente.

Horas más  tarde
La noche había caído y no teníamos noticias. El fuego de la chimenea calmaba un poco el frío descomunal, pero no había paz; sólo angustia y preocupación. Nuestro padre llegó afligido y por su cara supuse que no traería buenas noticias. Cómo pudo y con lágrimas empapando sus mejillas nos comunicó que madre estaba viva, más esto no duraría por mucho. A la mañana siguiente, la misma, volvió a casa pero la encontré mucho peor que antes haciendo mi corazón y esperanzas añicos.

Las semanas pasaron y con ello aumentaron los ataques de asma de mamá. Una señora robusta de cabello negro y ojos café llegó hace dos días para ayudar a su antigua amiga. Recuerdo que madre había comentado algo acerca de ella, mas nunca afirmó que perteneciera a su grupo de mejores amigas, pero se le apreciaba con demasiada gratitud el gesto, ya que las restantes de aquel círculo social de Lifich se encontraban casadas con hombres demasiados soberbios como para permitirles tales atribuciones a sus esposas. La señorita Deliet Muscuiny era soltera, por lo cual podía permitirse hacer lo que quisiese. A mi me pareció muy amable de su parte, pero Voulned desde que la vió me comentó jactándose de su astucia y recalcando mi innecesaria inocencia, que no le daba buena espina.
Los días pasaban y en ocasiones encontraba a madre divagando débilmente por los pasillos, perdida en sus pensamientos mientras tarareaba canciones de cuna y con ayuda de Muscuiny volvía a sus aposentos. Sorprendentemente, aquellos teses que servían la dama a nuestra madre no hacían ningún tipo de efecto, todo lo contrario, cada vez estaba peor, levantando así las sospechas que había instalado en mí mi gemela. No era tonta, podría llegar a ser demasiado inocente, pero la inteligencia era un don característico de esta familia.
Otras veces en medio de mis desvelos en las madrugadas había pasado por la habitación de mamá para encontrarla sudorosa sobre la cama mientras susurraba con ternura el nombre de Emili, nuestra difunta hermana. La mayor de las hijas había fallecido con tan sólo un año de edad tras una desastrosa enfermedad, de la cual no memoricé el nombre, que azotó nuestra ciudad acabando así con la pequeña Alet y dejando un hueco inmenso en el pecho de nuestra madre incapaz de ser llenado siquiera por sus dos nuevas hijas; y es que, por mucho que las personas no lo quieran aceptar, la pérdida de un hijo es un hecho doloroso que por muchos que tengas después de ese que murió, ninguno hará que deje de doler, pues una parte de ti ya no divaga en el mundo de los vivos.

Un mes más tarde:

Tal y como había leído en inmensas cantidades de libros, el funeral de mamá se realizaba de una forma tabú. Bajo el grisáceo cielo que anunciaba tormenta y los truenos retumbando en el cementerio. Voulned y otros conocidos, entre ellos la señorita Muscuiny <<principal sospechosa>>, lloraban a moco tendido mientras yo y mi padre nos manteníamos con el mentón en alto sin dejar ni siquiera por un minuto que la debilidad se apoderara de nuestro ser. Padre, para no ser intimidado por el resto de los caballeros y yo por el simple hecho de haber formado una coraza indestructible. Sentía dolor, sí, pero era más la sed de venganza a mi corta edad, pues en un escape llena de dudas había salido a visitar al doctor quien me dejó en claro confidencialmente que de una forma sorpresiva y demasiado eficiente se había hallado una cura para mamá. Lenta pero segura y esta eran todos aquellos teses, tema que padre no mencionó por temor a dar falsas esperanzas y he aquí donde crece mi ira, algo estuvo mal, porque madre siempre empeoraba cada que tomaba uno de sus supuestas curas. Madre había sido asesinada y aquí frente a su tumba, con las gotas de lluvia mojando mi piel, me hacía la promesa de cobrar venganza por su muerte.



 Madre había sido asesinada y aquí frente a su tumba, con las gotas de lluvia mojando mi piel, me hacía la promesa de cobrar venganza por su muerte

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Oleeeeee bichitossss. Paso rápido por acá para preguntarles qué tal les ha parecido la idea de conocer un poco del pasado de las alborotadas gemelas jsjsjsj, en especial de Zoned. Déjenmelo saber en sus comentarios, los amo, gracias por el apoyo <3

A la 1:30 Where stories live. Discover now