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¿Qué fue eso?
Huida de Qishan Wen

¿Qué fue eso?Huida de Qishan Wen

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- ¡Más cerveza, más música!

En un gran salón adornado con ostentosas decoraciones y horrorosos arreglos florales, una gran cantidad de gente se encontraba reunida aplaudiendo alegremente y bebiendo con gran devoción mientras aplaudían a las bailarinas que en el centro del salón se balanceaban con escasa vestimenta y sonrisas coquetas. El ambiente llego a ser desagradable para cualquier persona, pues el sitio estaba a puerta cerrada dejando que todo el olor a incienso se centrase y juntase con el calor de las masas, los días ya de por si eran insoportablemente calurosos y las noches no se quedaban atrás; eventualmente, todos en el salón sudaban sin parar, pero se negaban a abandonar dicho sitio

La gente común se encontraba ubicada en media luna, cerca de los muros ordenados en tres filas verticales. Los hombres reían mareados, con una mano sostenían un cuenco lleno de vino y en su brazo opuesto rodeaban las cinturas de mujeres desconocidas pero atractivas. Los soldados que resguardaban las puertas tampoco salían impunes, pues estaban apoyados en el respaldar de las paredes observando los bailes eróticos que mostraban las muzas en el centro. Y, subiendo unos quince escalones, se encontraba ubicado tras un mesón largo lleno de diferentes alimentos el anfitrión de tan vulgar ceremonia

- ¡Bailen, bailen! – aún era joven, pero su forma de vestir y actuar contradecía su menoría de edad. Ubicadas a cada lado, dos mujeres reían y servían más en el cuenco vació frente a su señor a servicio

Si el infierno existiera, sin duda ese sería su lugar de residencia

- ¡Ahí! – giró su cuerpo y señalo unos peldaños más abajo – ¿Por qué no beben?

El asiento del gran señor no podía ser invadido por nadie, sin embargo, unos peldaños más abajo fueron ubicadas cuatro mesas y tras ellas, cuatro elegantes maestros. La diferencia de edad era escasa, el mayor entre los cinco a penas superaba en dos años al menor del grupo. Pero, desde lo lejos, uno podría notar la enorme diferencia entre esos cuatro jóvenes y el vulgar ser sentado en lo más alto

Sus atractivos variaban: Uno de ellos vestía túnicas oscuras con tonalidades verdes y detalles platinados, su cuerpo estaba perfectamente erguido y su rostro era cubierto por la presencia de un abanico de trazos únicos y lo poco que podía verse de su cara eran sus ojos los cuales se abrían y cerraban en un constante pestañeo, hasta sus pestañas se movían con gracia y barrían con delicadeza sus parpados para luego dejar ver un par de ojos color avellana que contrastaban a la perfección con su figura. Otro de ellos se sentaba de brazos cruzados dándole una apariencia salvaje y peligrosa, sus túnicas eran de un morado en diferentes tonalidad, su cintura era adornada con un cinturón del mismo color de sus túnicas pero con detalles platinados y una campanilla del mismo color; su rostro no era para nada espantoso, a pesar de mostrar una expresión furiosa los rasgos del joven eran atractivos y hasta sensuales a la vista de cualquier mujer, sus ojos color índigo parecían fulminar y hasta penetrar con millones de agujas el cuerpo del anfitrión. El tercero bebía obedientemente con los ojos cerrados, lo que más llamaba la atención de este joven eran sus brillantes túnicas que se asimilaban al color del mismísimo oro, sus labios estaban fruncidos al igual que sus cejas y en su frente una pequeña marca en forma de ovalo asimilaba su aspecto hasta compararlo con los de un noble de la capital. Y el último, vaya el último, su apariencia no era ninguna clase de broma; su elegante porte y postura resaltaban ante los demás, su rostro era adornado con leves brillos platinados que contrarrestaban con su blanca y tersa piel, sus túnicas celestinas y la cinta que adornaba su frente hacían de su aspecto similar a algún inmortal en la tierra; si no fuese porque sus ojos estaban cerrados y su expresión era tan gélida como el invierno, hubiese sido el ser más bello entre toda la gente presente

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