C

341 75 1
                                    

—¿Por qué siempre me dices "pequeño", blasty?—

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—¿Por qué siempre me dices "pequeño", blasty?—

—Porque eres pequeño.— Frunciste un poco tu ceño y te acercaste a mí que estaba en el piso sentando, lo normal, ya que no hay otro lugar para sentarse.

—¡No soy pequeño! soy más alto que blasty.— Sonreíste victorioso.

—¿No serás demasiado alto?— Tú dulce sonrisa desapareció de tu rostro y te acercaste aún más a mí.

—Entonces...— Hiciste un pequeño silencio y continuaste hablando. —Me estás diciendo que...— se reflejo en tu cara una notable preocupación y me sentí un poquito culpable, siendo sólo una broma. —¡¡Soy un gigante!! blasty dime ¡¿QUÉ HAGO AHORA! No quiero ser un gigante por favor ayúdame.— La poca culpa que sentí se esfumó al escuchar lo que el adorable pequeño frente a mí dijo. Tuve que morder mi labio para contener mi risa.

—Tendré que conseguir algún elixir de un mago o alguna planta de esas raras de colores llamativos para perder altura. ¿Me acompañas blasty? Prometo que no será un largo viaje.—

—¿De dónde sacas esa ideas?— Pregunté aún aguantando la risa.

—¿Qué dices? Tú me acabas de decir que...— No terminaste la oración y te perdiste pensando en vaya a saber qué en esa mente de niño infantil. Este niño infantil que me trae loco, y qué irónico, soy un loco.

—Ya, ya, era una broma.— Pestañeaste un par de veces y después de unos segundos hiciste un pequeño puchero con tus labios.

—¡Blasty! me la creí completamente. Pensé que era un gigante y que ahora no me querrías más.— Yo puedo hacerlo. No te rías, no te rías, autocontrol.

—Tranquilo, puedo decirte que no eres un gigante.—

—Ay... Que bueno, es un alivio.— Volviste a sonreír y te sentaste de vuelta a mi lado. —¿Sabes Blasty...?— Esperaste a que asintiera para seguir hablando.

—Me divierto muchísimo contigo.— Soltaste un pequeño suspiro y te recostaste sobre mi regazo, estaba comenzando a ser una costumbre que lo hicieras. Una costumbre que me gustaba que hicieras.

—Espero que podamos divertirnos juntos siempre.— Sonreíste y cerraste tus pequeños ojos ocultando tu brillosa y dulce mirada.

¿Juntos siempre? Esa palabra resonó en mi cabeza, cuándo fue la última vez que había podido escucharla... Ya ni si quiera podía recordarlo.

—Siempre...— No existe nada que dure para siempre. Es lo que iba a decir, pero al verte no pude, simplemente no pude decirlo. No me animé a decir esas palabras frente a ti, frente al pequeño dulce niño infantil que aparentas ser y eres. Frente al pequeño que me dijo las palabras que necesitaba escuchar "podemos estar juntos ¿no?" a pesar que te dije que estaba loco. No dudaste ni un segundo en responder.

—¿Blasty?— Tu voz me hizo entrar en razón.

—Yo ya lo sé.—

—¿Qué cosa?—

—Que nada dura para siempre.— A pesar de decirlo, sonreíste e hiciste un intento de abrazarme pero fallaste y caíste para atrás, sobre mi regazo.

Esta vez, yo te abrazaré. Me acerqué lo suficiente como para poder levantarte y sentarte sobre mis piernas para así rodear entre mis brazos tu cálido y delgado cuerpo, que juntó mis partes rotas nuevamente. Así fue desde que te conocí, juntas todo lo malo que hay en mi y lo arreglas como solo tú lo sabes hacer.Correspondiste de igual manera el abrazo y pasaste tus brazos por mi espalda, acomodando tu cabeza cerca de mi oído. Estabas tan cerca que podía sentir tu alterada respiración haciéndome cosquillas en el cuello. ¿Estarías nervioso? Pensar eso hizo que sonriera, pero por suerte no pudiste verme.

Pero aún así, lo nuestro durará para siempre blasty.— Me abrazaste aún más, como si tuvieras miedo a perderme.

Cerré los ojos y me prometí guardar esas dulces pero peligrosas palabras.

You're crazy [Bakushima]Where stories live. Discover now