James Potter siempre fue conocido por estar detrás de Lily Evans desde primer grado cuando lo rechazó, pero solo hay una cosa que sus amigos solo saben, el no está enamorado de Lily Evans, si no, de Lyra Edén Morte.
Cuando la vio por primera vez en...
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Los merodeadores volvían de la casa de los gritos después de la luna llena, cuando entraron con un Remus lastimado. Cuando entraron, se toparon con una sorpresa, una cabellera rubia larga y unos ojos verdes esmeraldas leían un libro a las una de la mañana en la sala común en un sillón.
La chica con nombre de Lirio, quitó su vista de su libro de Romeo y Julieta para ver los pasos que se escuchaban. Eran los merodeadores, entraron con un chico muy lastimado, rápidamente se levantó como un resorte y fue en su ayuda.
—Merlín, ¿Qué sucedió? —dijo mientras lo agarraba de sus hombros sin importar mancharse de sangre y barro. Lo recostó en el sillón. Con su dedo, hizo un aro de luz invocando instrumentos para curar y atender al chico recostado en el sillón.
—No te preocupes...
—Shh, estás muy lastimado, déjame curarte —murmura la de ojos verdes. Los restantes merodeadores veían los movimientos delicados de la chica mientras limpiaba y desinfectaba las heridas de su amigo mientras las vendaba. Cuando terminó, se acercó a él, mientras murmuraba un hechizo para verificar su salud.
Estado:
Golpes, moretones y arañazos por la transformación de luna llena.
Mejor de salud, sin ninguna complicación con su lobo que afecte su salud.
Leyó el papel. Suspiró al ver que estaba mejor. Remus estaba nervioso. No quería que ella de enterará y se alejara de él.
—Tienes que tener más cuidado a la hora de transformarte, te recomiendo que tomes una poción para los nervios, así estarás más calmado a la hora de transformarte —dijo mientras peinaba un poco el cabello el castaño, quien tenía sus ojos llorosos—, hora de dormir, mañana le diré a los profesores que estabas mal y no pudiste ir a clases, te traeré los apuntes. Buenas noches —murmuró mientras ponía su mano derecha en su frente y este caía profundamente dormido.
Los otros tres veían sorprendidos a la chica que dejó a su amigo dormido. Ella levantó la vista para mirar a los otros tres.
—Llevenlo a su habitación, mañana le traeré el desayuno, almuerzo y cena a su habitación. Traten de que no se lastime mucho. Buenas noches merodeadores. —susurro para subir las escaleras con su bata blanca de dormir arrastrándose por la piedra fría. Los otros tres la miraron y asintieron.
—Mejor llevemos a Remus a la cama. —dijo Peter.
—Ella sabe. —dijeron sus otros dos amigos.
—Ella no le dirá a nadie, sabe sobre nosotros y Remus. No se alejó de él y lo curó —dijo el pelinegro que era más sobreprotector con su amigo castaño—. Ella nos tiene aprecio. —murmuró para sus adentros.
