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Lara | Capítulo siete

VENECIA
Febrero, 2020

Escucho a Cala ladrar antes de siquiera poner un pie fuera del ascensor, reconociendo su emoción por mi llegada; emoción que se intensifica en cuanto entro.

–Hola, mi amor. ¿Me extrañaste? –me agacho para acariciarla y lograr tranquilizarla, necesitando que se calle antes de empezar a recibir quejas de los vecinos otra vez.

Puede ser extremadamente ruidosa cuando quiere.

La levanto, llevándola conmigo hasta mi habitación, dejando mis cosas sobre la cama junto con ella y empezando a desvestirme, necesitando una ducha primero que nada.

Queda poco para el fin del invierno pero ni así las temperaturas logran superar los quince grados en la ciudad.

Busco mi mini parlante antes de entrar al baño, poniendo algo de música mientras espero a que el agua empiece a salir caliente y poder finalmente entrar.

Me relajo en cuanto el agua entra en contacto con mi piel, calentándome en seguida y quitándome el frío de encima. Me tomo mi tiempo, aprovechando a ponerme un baño de crema en el pelo y a pasarme unas cremas exfoliantes para la ducha por el cuerpo.

Cuando el tiempo se cumple, termino de enjuagarme y lavarme el pelo como hago con normalidad, saliendo finalmente de la ducha, envolviéndome el cuerpo con uno de los toallones y usando la toalla más chica para la cabeza.

Saco lo que necesito del mueble de abajo del lavamanos, agarrando nuevamente el parlante y el celular antes de salir y volver a mi habitación a cambiarme.

Dejo el pote de crema sobre mi mesita de luz al igual que el parlante mientras me siento un momento sobre la cama, desbloqueando mi celular.

No puedo evitar virar mis ojos en cuanto lo primero que leo entre mis notificaciones es la respuesta de Rodrigo a una de mis historias pidiéndome, al igual que días atrás, que lo desbloquee de mis contactos.

Obviamente lo ignoro.

Todo éste mes sin saber de él estuve bien y planeo seguir así. Él ya es un capítulo cerrado en mi vida y espero que entienda que yo también intento serlo en la suya.

Aunque no voy a negar que muchas veces la tentación fue más grande y estuve al borde de escribirle. Terminaba de convencerme a mi misma de no hacerlo simplemente entrando a Instagram y viendo sus constantes publicaciones con Gemma y viceversa.

Así que simplemente no, gracias.

Claro que lo que no puedo ignorar es mi amistad con ella, por lo que cada vez que tenemos las ganas o la necesidad de vernos intento evitar a toda costa que sea en su casa.

Para mi suerte la mayoría de veces es ella quién viene de Údine a Venecia, aunque no descarto el momento en el que se canse de tanto viaje y sea mi momento de ir.

Realmente a Rodrigo no lo veo desde nuestra vuelta de Miami y voy a hacer lo posible para que siga siendo así.

Me conozco y lo conozco lo suficiente como para saber que por mucho que yo asegure y re contra asegure que él ya es un capítulo aparte, los sentimientos siguen estando y no puedo hacerlos desaparecer como si nada; por lo que desconfío totalmente de mi reacción a sus susceptibles palabras si tuviera que volver a verlo.

Dejando atrás su mensaje, vuelvo a bloquear mi teléfono, poniéndolo a cargar de paso.

Empiezo ahora sí finalmente a terminar de vestirme, poniéndome crema en los lugares correspondientes antes y devolviendo todo a su lugar cuando termino.

Egoísta | Rodrigo De PaulWhere stories live. Discover now