Capitulo 1

434 32 30
                                    

Tabito Karasu estaba perdidamente enamorado de su mejor amigo Eita Otoya... Eso era un gran inició para la gran pesadilla por la que el se vio envuelto sin tener la más remota idea.

Todo había empezado con simples coqueteos de su parte hacía su amigo, sin éxito, diciéndole "Lindo", "Guapo", "Bonito" hasta un punto donde de verdad el mismo se había creído sus propios palabras, cayendo en cuenta de su enamoramiento. Era un secreto hace unos meses, ocultaba su amor hasta el cansancio esperando que Eita jamás descubriera lo tanto que lo quería tener entre sus brazos, lo tanto que quería besarlo, lo tanto que quería tocarlo, y si, lo que sea que hizo funcionó, Eita nunca se enteró... Y ahora tenía una novia.

No sabía en lo que estaba pensando, Eita es un chico extremadamente guapo ¿Por que demonios no le cruzó por la cabeza que su amigo iba a terminar con pareja tarde o temprano? No, pareja no, novia, cabe resaltar que Eita era heterosexual. Entonces estaba destrozado, con el corazón totalmente pulverizado, fingiendo que cada vez que Eita le decía algo sobre su novia no era como un puñal en el corazón para el, que no quería ponerse a sollozar en el lugar en posición fetal... ¿Cuando el sentimiento se había vuelto tan fuerte que le dolía de tal manera tan tortuosa? Era un calvario.

La primera persona que supo la verdad fue Ryusei Shidou, por cuenta propia un día había dicho "¿Te gusta Eita?" Y sin poder ocultarlo simplemente asintió, formando un silencio incómodo mientras recibía palmaditas del moreno, el segundo en saberlo fue Yo Hiori, quien simplemente dijo "Si, se nota" para luego olvidarse del tema completamente y de ultimo se enteró Kenyu Yukimiya, Tabito había decidido confesarselo solo para recibir algo de apoyo y recibió un "Entiendo como se siente..." Para luego recibir caricias por parte de este para consolarlo.

Pero dolía, dolía como el infierno, la herida no sanaba ni quería sanar, no podía no estar enamorado de Eita, con solo verlo a su lado lo hacía la persona más feliz del mundo, como su amigo brillaba en su punto de vista, como reía, cada que tenían contacto, las miradas cómplices que le lanzaba cuando hacían alguna travesura, todo ardía como el fuego más intenso en su corazón, recibiendo estocadas y aguantando para no arruinarle la vida a la persona que amaba por sus sentimientos insanos.

La única persona que realmente lo hacía sentir mejor era el propio Kenyu Yukimiya, siendo su confidente y escuchándolo cuando necesitaba, simplemente el mejor amigo que podía tener en esa crisis emocional que tenía desde hace meses.

— Duele... Demasiado bien.
— ¿Que dices, Tabito? —preguntó Yukki viéndolo con cierto interés
— Es como... Hacerte una herida mientras juegas, no sabes cuando cicatrizara y dejará de molestar, pero mientras está ahí solo puedes seguir jugando mientras aguantas las ganas de llorar. —murmura algo derrotado, mordiéndose el labio inferior para evitar ponerse a llorar por cuarta vez ese día.
— No pensé que podías hacer tales alegorías, no eres tan tonto. —dijo el de lentes guardando su teléfono en el bolsillo— ¿Necesitas algo? Buscaré agua para que te calmes ¿Si? —estaba siendo demasiado dulce con el ¿Y como no serlo? Estaba en un estado tan penoso.
— Estoy bien, Yukkey, tranquilo. —respondió Tabito en un susurro tallando sus ojos, había llorado tanto ese día que no podía ver correctamente.

Lo que pasaba es que ese día Eita había presentado a su novia, todo estaría bien... Si la chica no hubiera sido tan linda y amable con todos ¿Como no enamorarse de una chica de pelirosa tan jodidamente hermosa? Que buen gusto tenía Eita... Definitivamente la mejor elección era ella y no el, un hombre que para rematar era su mejor amigo. Volvía a llorar con solo pensarlo, alertando a Yukimiya quien solo pudo acariciar su espalda, siendo la única persona en el planeta que dejaría que lo consuele mientras llora. Era tan penoso llorar en un parque desolado junto a un amigo, el era penoso, tan avergonzado, tan abatido.

— ¿Quieres que te lleve a casa?
— Esto es lo peor, Kenyu... ¿Por que simplemente pude pensar que tenía una chance? ¡Una puta mierda! Que linda es... Es obvio que la escogería a ella antes que a mi... ¡Era obvio! —se desahogó más sin poder detener sus lágrimas— Me siento como una mierda.
— No digas esas cosas de ti, sabes que no es verdad, solo pasa que... Simplemente no le gustas, no te ve como material para novio... Bueno... Eres su mejor amigo, no lo hará y lo sabes. —Yukimiya sabía que odiaba que fingiera esperanza, solo era franco sin ser pesimista, porque era lo mejor para ayudar a su amigo
— ¿Por que a mi...? Me quiero morir... —murmuró Tabito tapándose la cara totalmente avergonzado sintiendo como la mano de Eita dejaba de subir y bajar por su espalda, quedando inmóvil.
— Es algo drástico.
— No sabes como me siento.
— Lo sé, lo sé más que todo el mundo.
— Tu eres tan guapo, seguro la persona que te gusta se enamoraría de ti al segundo. —dijo Tabito sin poder mirar a Yukimiya.
— Mientes, no sabes nada.
— Deja de fingir que entiendes por lo que estoy pasando... No creo que nadie se sienta tan miserable como yo ahora. —confesó Karasu por fin dirigiéndole la mirada a Yukimiya. La expresión facial de Yukimiya demostraba total repulsión, como si le preguntara como se atrevía a decir eso.
— Ya no puedo oírte hablar más de Eita, Karasu, perdona.
— ¿Que?

Un momento ¿Que estaba pasando? El tiempo se había congelado en ese mismo instante y sus lágrimas habían parado de salir por la sorpresa... ¿Ya perdía a la persona que estaba dispuesta a escucharlo?

— No puedo escucharte más, lo siento, dile esto a alguien más. —dijo Kenyu poniéndose de pie y empezando a alejarse.
— ¡Kenyu un momento! —exclamó Tabito tomándole de la muñeca para que no escapara— ¿A quien se supone que le cuente esto? ¿Por que tan de repente?
— Cuéntaselo a Shidou.
— ¡El no sabe como aconsejarme como tu lo haces!
— Hiori.
— El no me conoce como tu lo haces, Kenyu.
— Yo ya no puedo, perdóname. —Kenyu trató de zafarse pero Karasu solo apretaba su agarre sin dejar que se vaya.
— ¿Por que? ¿Que pasa? ¿Dije algo?
— Siempre dices cosas... Me haces demasiado daño, ya no puedo seguir con esto. —murmuró Kenyu bajando su mirada
— ¿Te hago daño? ¿Por que? ¿Te preocupas?
— Si, me preocupo muchísimo, más de lo que cualquier persona se preocuparía. —confesó sin poder mirarle
— Quiero desahogarme, Kenyu, sólo contigo... Eres el único en el que confío.

Al decir esa sentencia Yukimiya lo miro a los ojos, los ojos de Yukimiya estaban totalmente cristalizados, como si fuera a llorar en ese mismo instante, Tabito no comprendía el porqué de ese comportamiento de su amigo, de su confidente, de la única persona con la que es capaz de hablar. Realmente si perdiera ese espacio seguro como es Yukimiya se sentiría mil veces peor.

— Estoy enamorado de ti, Karasu... Y me pone celoso que hables de Eita de esa manera.
— ¿Perdón?

Entre Dos HilosWhere stories live. Discover now