O11

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— Deja de hacer eso

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— Deja de hacer eso.

— ¿Hacer qué?

— Tronarte los dedos.

Jay resoplo y asintió separando sus manos, Jungwon lo miro extrañado. Llevaba un par de dias asi: más serio de lo habitual, un preocupado ambiente rodeándolo y fumaba hasta cuatro o cinco cigarrillos en la triste media hora que pasaba con Jungwon sentado en los columpios.

— ¿Ya me dirás que tienes?— preguntó el de cabello oscuro.

Jay daba la última calada a un cigarro antes de que se terminara y lo aplastara en el suelo para después botarlo en la basura

— No tengo nada, no te preocupes— afirmó el mayor.

Jungwon rodó los ojos: — Deja de mentir, has estado así días. ¿Qué ocurre?

El más alto suspiró pesadamente. Eso hacía últimamente, suspiraba como si se le acabara el aire, sus manos se movían constantemente con nerviosismo y sus ojos se mostraban más decaídos que nunca. Jungwon pasó la palma de su mano por la espalda de su mayor tratando de reconfortarlo, Jay sólo le sonreía débilmente.

Estaba a punto de sacar el quinto cigarrillo de la noche, pero el más bajo se lo impidió tomando su muñeca.

— No, Jay.

— Estoy bien. Te he dicho que no te preocupes tanto por alguien como yo— casi susurró.

Y calló. Ambos callaron. En eso se basaban sus últimas noches; ya no hablaban, no reían. El menor se preguntaba si era por la noche de su cita, pero hasta donde sabia no había razones de un por qué a la actitud de Jay.

— Sólo dime que pasa, trataré de ayudarte si lo necesitas, o no diré nada si es lo que deseas. Luces tan pesado últimamente, te escucharé.

El tipo de pesadez a la que Jungwon se refería era a... A esa pesadez que sientes cuando estás preocupado, tenso. Miró los ojos de Jay, estos parecía que se cerrarian en cualquier momento y no precisamente de sueño o cansancio.

El rubio se columpió un poco haciendo rechinar el columpio que se iba despintando poco a poco, mayormente de las cadenas que era donde los niños se agarraban al jugar.

— Lo que pasa es que... Es sólo que...

No lograba formular una simple frase. Su voz era baja, casi silenciosa. Jungwon adoraba el silencio, pero justo ahora comenzaba a odiarlo.

— ¿Es por lo de la cita..?— cuestionó el menor tratando de ayudar a Jay a hablar, si es lo que menos quería hacer.

— ¡No, no, no! No es eso, de hecho fue lindo...

— ¿Entonces?

— Estoy bien... Creo que debo irme.

Jungwon miró su reloj, hacía unos minutos atrás habían sonado las campanas, pero ninguno se levantó.

— Vamos a mi casa, mamá y papá no están.

Jay lo miró y asintió tirando a la basura la colilla de su último cigarrillo. El menor tomó su mano y comenzaron a caminar, como se esperaba, el trayecto fue silencioso. No tardaron en llegar y subir a la habitación de Yang.

Como siempre, puso el seguro y se acostó en su cama.

— Ven— llamo a Jay.

Los pasos de el mayor al acercarse a Jungwon eran lentos, casi miedosos. Se recostaron juntos en la posición más cómoda que encontraron.

El menor estiró su brazo a una parte de el colchón, sacando de debajo de la cama un par de audifonos inalámbricos, le pasó uno a Jay quien lo aceptó gustoso, dándole una pequeña sonrisa. Él se colocó el otro y con su celular seleccionó una playlist que el mismo usaba para dormir con paz y tranquilidad. El mayor se acomodó mejor y Won comenzó a acariciar la cabellera contraria, acción que estaba relajando en demasia a el rubio.

Las yemas de los dedos de un Jay apenas despierto, acariciaron el brazo del pelinegro, minutos después paró; se había quedado dormido.

Jungwon se permitió ver las facciones de su mayor más de cerca: nunca habia notado que la piel del contrario estaba perdiendo vida. Sus párpados estaban rojizos y los lagrimales algo húmedos, las ojeras de siempre eran aún más notorias. Sus dedos largos y huesudos estaban tomando un color raro, supuso que era por el cigarro.

Quiso llorar de sólo verlo. Suspiró y dejó un beso en su mejilla.

La piel demacrada de Jay era tan solo un reflejo de su mente y alma.

La piel demacrada de Jay era tan solo un reflejo de su mente y alma

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este cap me pone: 🥺😭💔

bueno...

si ven algún error me avisan

recuerden que todos los errores serán corregidos al final de la historia

atte; a l e xx

𝗦𝗧𝗥𝗔𝗪𝗕𝗘𝗥𝗥𝗜𝗘𝗦 𝗔𝗡𝗗 𝗖𝗜𝗚𝗔𝗥𝗘𝗧𝗧𝗘𝗦Where stories live. Discover now