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Después del día del cumpleaños estuvimos dos días más en el yate en alta mar. El primer día después del cumpleaños de Adam, nos levantamos tardísimo. Estábamos cansados, Adam, tenía dolor de cabeza y yo me levanté vomitando con el estómago revuelto. Ese día lo pasamos acostados en la cama descansando y viendo Netflix pero, al otro día estuvimos relajándonos cogiendo el sol o nadando en mar. Entonces en una de esas que estábamos sentados decidí preguntarle sobre lo que dijo, Logan.

— ¿Qué es lo que no me has dicho que dijo Logan?

— Ay nena, olvídalo. No es importante, solo lo hace por molestar.

Iba a besarme pero lo detuve.

— Dime.

— Sólo prométeme que no te vas a enojar.

— Bien. Lo prometo.

— Hace 8 años atrás, cuándo aún Logan, era mi mano derecha que trabajaba junto a mí y que no me había traicionado estábamos en mi oficina.

— Continúa.

— Entonces él me enseñó tú foto y me enseñó el sitio dónde estabas vendiendo tu virginidad. Desde el primer momento en el que me enseñó tu foto me cautivaste. Pero creo que nunca me hubiera atrevido a comprar tu virginidad sinceramente. En eso entonces no me interesaba comprar tu virginidad sino tú. Hasta que Logan, me retó y me desafío a hacerlo.

— ¿Compraste mi virginidad por una apuesta? — Amalia, parecía molesta.

— No te puedes enojar, prometiste que no lo harías.

— Iba a protestar pero no lo hizo. — ¿Entonces compraste mi virginidad así por que sí por una apuesta, por un reto?

— Esa es la cosa... que no acepté tan fácilmente. Logan, me ofreció algo a cambio.

— ¿Qué te ofreció?

— Esa es la cosa, no quiero decirte porque se que te vas a molestar.

— ¿Qué te ofrecieron, Loan? — Dije  seriamente para que me me contestara de una vez.

— Un millón de dólares y una cita con la rubia que me intentó besar el día de mi cumpleaños.

— ¿Estabas interesado en ella?

— Amalia.

— Loan.

— ¡Avalos!

— ¡Loan!

— ¡Sí. Estaba interesado pero ella parecía que no de mí en ese entonces! — Soltó Loan.

Me quedé callada... no me sentí bien. No me sentí bien por el echo de que la segunda paga a cambio de que Adam, se acostara conmigo y comprara mi virginidad fuera por una mujer. Me siento como si hubiera sido intercambio de mujer o algo así.

Comencé a sentir un malestar en el estómago y náuseas. Hice una mueca.

— ¿Amalia, estás bien?

— Déjame en paz, Loan. — Le dije molesta y me levanté para irme.

Quería irme para ir al baño. Creo que iba a vomitar.

Adam, se va detrás de Amalia.

— ¡Amalia! No te vayas. Prometiste que no te ibas a enojar.

— ¡Aceptaste por otra mujer!

— ¡Por favor! ¡No te puedes enojar! ¡Además de que, tú y yo no éramos nada!

Me sentí con ganas de llorar. Adam, me cogió por un brazo y a la vez que lo hizo le di una bofetada. Iba a decir perdón pero me apretaron las náuseas más y salí corriendo dejando a Loan, atrás. Me encerré en un baño y vomité.

Vomité cómo tres veces y luego de eso bajé la cadena y me enjuague la boca con agua. Aún estaba molesta, me sentía con ganas de llorar y no quería ver a Loan, asique me encerré en un cuarto para huéspedes. Me senté sobre la cama y comencé a llorar...

***

Me levanté y ya estaba oscureciendo. Salí a la cubierta superior, había una cena romántica con velas.

— Saliste. — Habló la voz de Adam. — Sino salías tú iba yo por ti. — Él estaba a 5 pasos de mí.

— ¿Qué es todo esto?

— Quería aprovechar ya que, hoy es nuestra última noche aquí en el yate y también quería disculparme. No debí haberte respondido de esa manera y debí entender que te molestaras.

— Yo quiero disculparme también. No debí darte esa cachetada.

— Está bien. Ahora, ve a prepararte rápido o se enfriará la cena.

— Está bien, gracias.

Sonreí le tiré un beso, él me sonrió y me fui a prepararme.

***

Regresé como de costumbre al trabajo. Le conté a Anastasia, sobre la cena romántica durante nuestra comida. Todo fluyó cómo de costumbre. Los días pasaron y entonces hubo unos días que no supe nada de Adam. No tenía mensajes suyos, ni llamadas, ni siquiera me había avisado si saldría para un viaje de trabajo y no se podría comunicar conmigo o algo. Estaba muy asustada, preocupada y tenía ganas de llorar por la desesperación.

Entonces una tarde Castiel, apareció en casa a visitarme. Obviamente, cómo una visita normal de amigos que se visitan. Estuvimos hablando sobre nuestras cosas y sobre series y películas. Decidimos hacer un maratón de películas de Disney, él no tenía que hacer nada y yo tampoco. Estábamos comiendo palomitas y ya había anochecido cuándo una llamada entra a mi teléfono. Mi corazón se aceleró de emoción al ver que era Adam. Por fin sabría noticias de él. Me levanté y me fui a la cocina a contestar la llamada.

— ¡¡Hola!! ¡¡Dios!! ¿¡Por qué no supe nada de ti en estos días!? ¡¡¡Sabes cómo estaba!!!

— Avalos. — Me llamó seriamente Adam, por mi apellido.

— Adam, no es gracioso amor. Exijo una explicación del porqué...

— Quiero terminar contigo.

— ¿Qué? — Musite — Loan. Deja de esquivar con bromas mis...

— No estoy bromeando, Avalos Esquivel, estoy terminando y rompiendo contigo.

𝕍𝕖𝕟𝕕í 𝕄í 𝕍𝕚𝕣𝕘𝕚𝕟𝕚𝕕𝕒𝕕 𝔸 𝔸𝕕𝕒𝕞 𝕃𝕠𝕒𝕟Where stories live. Discover now