Edén

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"Tiene características que se asocian al cielo, tan parsimonioso que demuestra ser el paraíso hecho carne."

Un aire helado entraba con fiereza por la piel descubierta del castaño, haciendo por consecuencia que el susodicho se estremeciera y acercara al cuerpo más cercano en busca de calor para aquellas zonas despojadas de las telas que adornaban el colchón.

Su vista se nublaba, su respiración cada vez era más agitada y no podía evitar jadear para dejar entrar aire a sus pulmones. Se sentía desfallecer, pero se notaba tan a gusto donde estaba, cómo estaba y con quién estaba.

El hecho de estar entre sábanas con un hombre que te pasa sólo por centímetros la altura, no posee poder alguno más que su ingenio y fuerza, rematando que es todo un dios griego en todos los ámbitos posibles, era más que un regalo divino del cual estaba completamente agradecido.

Cerró los ojos y trató de callar su voz por un momento, sólo eso necesitaba para recobrar la conciencia y con suerte espabilar sus ojos en búsqueda de su cordura. Pero no duraría tal momento, pues al instante de cerrarlos, una dicción sonó... Esa voz de deidad erizaba cada parte de él de una manera tan electrizante que no podía evitar gemir por seguirla oyendo en bucle.

—Enfócate en mí, Jordan —era capaz de sentir sus rugidos cada que decía su nombre.

Le llamaba de manera tan cautivadora, que lo ponía en un trance, uno gozoso, lleno de pocas pero tan sustanciosas insinuaciones. Pidiendo que no apartara la vista, ni reprimiera sus ruegos.

—¡A-ah~! Mmh~ ngh... ¡Espera, espera! —curvó la espalda dando una perfecta forma de arco, manteniendo los ojos cerrados y esperando así detener por unos instantes al contrario y poder controlarse de paso. —Eso n-no es justo. Sabes lo que causas cuando usas ese tono conmigo

—Por supuesto que lo sé —mostró una sonrisa ladina y se acercó al oído contrario para susurrar: —Por eso me encanta hacerlo

Hal abrió los ojos con sorpresa al sentir más caricias que iban y venían por cada parte de su cuerpo con una habilidad impresionante. Bruce sabía bien cuánto le encantaban aquellos toques que lo hacían doblegar por más, uno tras otro con más fiereza, por lo que no pudo contener los susurros suplicantes, que se transformaban en clamores, por el dueño de ese contacto tan vicioso encima suyo.

—Tú sabes perfectamente lo que quiero, cariño —Bruce agravó la voz, dándose el lujo de disfrutar los efímeros, pero contundentes, chillidos del castaño. —Puedo hacerlo todo el día hasta obtenerlo

Se le encrespaba la piel por cada palabra que el azabache expresaba, calaba en su ser de una manera tan fascinante, era detonante del más puro éxtasis. El cómo lograba sacar de él hasta el más agudo gemido, los vaivenes entre ambos cuerpos y la tierna pero a su vez deseosa fricción.

Se consideraba un simple mortal ante sagrados tactos y en general cualquier acción por parte del ojiazul.

—D-Dios, sí que eres toda una bestia cuando te lo propones —formulaba el piloto en broma mientras sentía el calor apoderarse de él poco a poco. Dejándose llevar por las insinuaciones y con la cabeza nublada, provoca: —Puedes tener lo que desees, pero no te será tan fácil

Grave error, pues en cuanto terminó la oración, las manos que antes dejaban suaves toques, empezaron a apretar en busca de poseer, tomaban una piel casi acanelada y dejaban toques claros que se desenvolvían en tonos rosas hasta llegar a un rojo para nada furtivo.

Sin poder evitarlo, Hal jadeó de la impresión del tacto, no esperaba haber causado un cambio tan drástico con un par de palabras. Mas no se encontraba inconforme, conocía las reglas y estaba dispuesto a romperlas... Bueno, si es que no era destrozado primero.

Paraíso ♡.¸『BatLantern』⚠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora