XV: Madame Valiéu

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Brianna


~♛~


Ha transcurrido una semana desde lo ocurrido con Lihena y Zanet. Ya están más tranquilas, la amenaza terminó, pero aún duelen las marcas que ese desgraciado les dejó. La justicia llegó para él, y estoy segura de que sufrió todo el daño que le hizo no solamente a mis chicas, sino a tantas niñas y mujeres que humilló y ultrajó.

La víbora de Eliza aún sigue en el palacio —no sé por qué— me doy cuenta de que Daeron la ha estado evadiendo, pero no entiendo porque sigue aquí, me molesta su presencia con ínflulas de dueña y señora intentando humillarme, sin tener éxito, claramente.

He querido preguntarle a Daeron pero sé que es un tema delicado y a él no le gusta que se metan en su vida privada, no vaya a ser que vuelva a ponerse a la defensiva conmigo por mi curiosidad.

Hemos tenido furtivos encuentros secretos, por los lugares más recónditos del palacio, que creo que ni él mismo había visitado antes. Me encuentro en la caballeriza consintiendo a Golden, mientas lo cepillo y acaricio suavemente. De soslayo observo al apuesto rey de Bohemia que se aproxima a mi lado con una seductora y tentadora sonrisa ladeada.

—Buen día. ¿Cómo se encuentra la mujer más hermosa?

—Buen día, cariño. Está todo bien, ¿qué hay de ti?

—Ahora que te veo, todo bien. —Sonríe ampliamente—. En búsqueda de un nuevo Obispo. Bueno, Memphis lo hace. Sabe que yo no tengo paciencia para esas cosas.

—Ni me hables de eso —sonrío amargamente—. Cada vez desconfío más de la religión cristiana.

—Por eso decidí abjurar, no los meteré a todos en el mismo saco; pero la gran mayoría son así, macabros manipuladores como Lepord. El cristianismo absoluto destruyó la vida de mis padres y en cierto punto la mía. —Aparta su mirada a otro lado, irritado.

Quisiera saber que es lo que lo agobia a él ¿por qué lo arropa tanto misterio?, pero tengo miedo de preguntar.

Su reacción puede ser agresiva, comenzaremos a pelear y no quiero eso, no ahora que estamos tan bien. Aunque él sabe todo lo que me agobia a mí, ya que yo sí desnudé mi alma ante él.

—Pero no vine para eso —continúa—. Tenía que darte algo desde hace días y lo había olvidado por completo.

—¿Ah, sí? ¿qué será? —indago, curiosa.

—Ven conmigo.

Dejo el cepillo a un lado y le pido al Mozo que termine con Golden. Sigo los pasos de Daeron que entra nuevamente al palacio y me lleva hasta su oficina, salimos a la terraza y me sienta en uno de los elegantes muebles que están allí.

—Espera aquí. —Dice y entra a la oficina otra vez. Un minuto después regresa con las manos detrás de su espalda, ocultando algo mientras sonríe ligeramente.

—Me tienes ansiosa, Daeron.

—Muy bien.

Saca cuidadosamente detrás de su espalda, una espectacular espada reluciente que se roba toda mi atención.

—¿Y esto?

—Es la espada de William "el Conquistador" la que usó en todas sus batallas. No sé cómo mi padre la obtuvo como una reliquia hace muchísimos años, y se estaba empolvando en Aragón —expresa—. Tengo entendido que fue un gran guerrero y rey de Inglaterra, que es pariente lejano de tu padre por sus hijos. Así que indiscutiblemente debe pertenecer a la reina de Inglaterra —la extiende hacia mí entre sus dos manos para poder observarla mejor—. Ah y ordené a cambiar la empuñadura, espero que te guste.

Kingdom: Fire will Reign [Fire I] ✓Where stories live. Discover now