Llegué al segundo mes con éxito todo fue mareos y náuseas apenas y podía respirar.
Pero me las aguantaba, Miya estaba al pendiente de mí todo el tiempo.
El tercer mes Miya no dejaba de cuidarme, aprendió a cocinar bastante rápido. Me hacia la comida, masajes en los pies y no me queje se sentía bien así que lo deje. Nuestra relación sexual seguía igual, en la noche lo hacíamos o aveces no.
Yo me canso más rápido ahora por el bebé.
Miya siempre es cuidadoso conmigo.
Por el momento los dos salimos a caminar por el parque, el día es perfecto para eso.
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Reki mira emocionado la tienda de ropas, entro y comenzó a escoger algunas prendas.
— Reki, el bebé es un niño ¿Por qué le compras vestidos? — Hace un tiempo se hizo la ecografía para saber el sexo del bebé y salio niño.
— ¿Y que tiene de malo? Mi bebé puede usar lo que quiera porque yo quiero — Dijo Reki, se dio la vuelta — Solo serán tres vestidos
— Ah entiendo — No quería llevarle la contraria, que se enoje no es lo que yo quiero.
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Los meses siguieron pasando, el parto de Reki estaba cerca. Los dos estábamos comiendo unas golosinas cuando de repente tocaron la puerta, Reki se dio la vuelta.
— Voy — Agarro su vientre y se levantó.
— ¡No! Siéntate yo lo hago — Reki me miró molestó — Mejor vayamos los dos
Su expresión se calmó, los dos caminamos hacia la puerta, y justo cuando la abri me quedé en shock. Mis padres estaban ahí, mamá tiene puesto un sombrero grande y papá sus lentes.
— ¿Que hacen aquí?
— ¿Cuando pensabas decirme que seríamos abuelos? — Reki se puso detrás de mí — Si no fuera por el hospital no sabríamos nada
— Ya no son parte de mi vida — Reki puso sus manos en mis hombros —¿Y están espiandonos?
Mamá suspiro.
— Solo me aseguraba que estuvieran bien, pensé que esto solo era pasajero pero al parecer si planean estar juntos durante mucho tiempo — Mamá miró avergonzado hacia el suelo — Lo siento
— Hijo nos equivocamos
— Ah... Miya creo que debes perdonarlos, tu también fuiste muy malo con ellos
Me di la vuelta y agarre de la cintura a Reki.
— ¿Seguro? — No puede ser... Mi esposo me domina por completo, Reki asiente con la cabeza.
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Después de hablar durante horas ellos aceptaron a Reki, regresamos en la mansión, volví a mi trabajo en la empresa de mi padre.
Solo podía esperar a que mi hijo naciera, mi madre es la que está más al pendiente de Reki y mi hermana ella se alegró de que nos reconciliaramos.
Y el día menos inespero Reki dio a luz, fue en el cumpleaños de mi madre mientras estaba dando un discurso, Reki no dejaba de maldecirme por embarazarlo.
Durante su embarazo se la pasaba quejándose.
Cuando nuestro pequeño nacio Reki se puso a llorar porque no se parecía a él, me dijo que yo no quería al bebé y por eso se parecía a mí, aún sigo confundido por eso.
El bebé se la pasaba llorando todo el tiempo más cuando Reki lo dejaba solo. Y también cuando yo lo cargaba.
Al principio pensé que mi propio hijo me odiaba pero era porque no sabía cargarlo. Mi niño nació muy sano, pero siempre está pegado a su mamá. Casi no podemos hacerlo, como le prometí a Reki me operé, no podemos tener más hijos y Reki está muy feliz por eso.
— ¿Mi bebé tiene hambre? — Reki está amamantando al bebé, ya tiene un año — ¿Quiere un besito?
— ¿Y yo que?
— Es solo para el bebé — Me recuesto al lado de ellos.
El bebé dejo de mamar el pecho de Reki, mueve sus pies hacia los lados. Nuestro bebé es muy mimado y querido, apenas nació y mamá le consiguió un diseñador para que haga su ropa.
Reki le da su chupete.
— Ah estoy agotado, últimamente me muerde demasiado mi pezón y duele
— Lo siento... Trataré de ayudarte más
— Tienes trabajo casi todo el día, no me vendría mal que contrataras a una niñera
Sonreí, casi no ha cambiado en su actitud desde que lo conocí y eso es lo que me gusta.
Amo demasiado a mi familia.
Nota: Al final Reki casi no cambio, solo se portó mejor con la persona que ama.
Si tienen alguna duda yo lo contestare.
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